José Antonio Camacho dejó hoy dos cosas claras: Que Raúl, Valerón y Tristán serán titulares ante Eslovenia el próximo 2 de junio, y que sólo tiene una duda en la alineación.
26 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.'Depende de si algún jugador se recupera', dijo en clara referencia a Albelda. El seleccionador espera que el valencianista se incorpore mañana al trabajo de grupo una vez superadas, aparentemente, sus dolencias musculares. El técnico de Cieza no tuvo ningún reparo en admitir que el juego del equipo dependerá de Raúl y Valerón. Ellos son la referencia y el resto 'se tendrá que adaptar a su juego, lo que implicará mayor trabajo en tareas defensivas por parte de sus compañeros', advirtió. Es decir, Camacho tiene despejado su once que será, salvo imprevistos, el formado por Casillas, Puyol, Hierro, Nadal (es casi seguro que el mallorquín juegue el primer partido para contrarrestar el juego aéreo de los eslovenos, y en el segundo dejaría su puesto a Helguera) y Juanfran; en la media punta, Luis Enrique, Baraja y Albelda (si no se recupera, Camacho apostará por Sergio), y Raúl, Valerón y Tristán. José Antonio Camacho se encerró hoy durante casi una hora con todos los periodistas españoles en la sala de proyecciones del hotel de concentración. Sobre una pizarra, y a través de vídeos, desveló sus tácticas, las fórmulas que emplea para anular al rival, las actitudes de ataque, de defensa, la colocación de sus futbolistas en los lanzamientos de falta, en los córners... Trataba de hacer entender a la prensa que las duras críticas que está recibiendo por el juego del equipo son, a su juicio, injustas. 'Este es el único sistema de juego de España. Pero, si un futbolista falla, no puede o se despista, adiós al sistema. ¿Me entienden?'. Por si acaso, puso un ejemplo ilustrativo. 'Alguna vez han dicho ustedes que Figo ha jugado mal, que no está bien. ¡Joder!, pero si le han puesto encima a un toro que no le deja ni menearse, ¡cómo va a jugar!'. Fue una charla didáctica que vino precedida de un duro enfrentamiento con algunos medios de comunicación españoles que han cuestionado su claridad de ideas a una semana del debut en el Mundial. El técnico de Cieza asumió con resignación que, en los dos últimos amistosos, su equipo no ha estado al nivel que él desea, y lo atribuyó a las dificultades de adaptación de sus hombres al cambio horario. 'Nos falta chispa, alegría y punta de velocidad', admitió. Pero estalló cuando un periodista le preguntó si ya tenía decidido cuál de los tres sistemas ensayados emplearía en el primer partido ante Eslovenia. -Ahora es el sistema, ¿eh? De algo tenéis que hablar, ¿verdad? -Usted ha ensayado varios sistemas... -Ustedes no saben de sistemas. Nosotros siempre jugamos igual, pero ahora tenemos a Valerón y hay que hacer algunos cambios. Me parecen una burrada las críticas al sistema. No me lo critiquen hasta que no perdamos uno o dos partidos, por favor. Con su rostro mofletudo enrojecido, Camacho mostraba en cada frase que tenía ganas de batalla. -Parece usted enfadado. -¿Yo enfadado? ¿Cómo voy a estar enfadado si estoy en un puesto privilegiado? Lo único que busco es tranquilidad, pero ya me han dicho que hay gente que viene aquí a joder. -¿Y quién le dice eso? -Me lo dicen compañeros de ustedes. -¿Y usted piensa igual? -Me lo han dicho, aunque sí, yo ya sabía que hay gente que ha venido aquí a joder. Silencio sepulcral en la sala de prensa de Ulsan. Pero el seleccionador no había acabado. 'A algunos os gusta la polémica y el problema que tenéis es la tranquilidad de esta concentración. Esto es una balsa de aceite y alguno no lo soporta'. El otro Camacho Camacho se levantó de su asiento como un resorte, abandonó con cara de pocos amigos la sala de prensa y enfiló el camino hacia su hotel. Era jornada de descanso para los seleccionados y el técnico había decidido un día antes abrir las puertas de las instalaciones que ocupa España a los enviados especiales. Él fue el guía que mostró dónde conviven en régimen de semiaislamiento, sus funcionales habitaciones, los dos gimnasios, las salas de ordenadores y de masajes, la cocina en la que Javier Arbizu preparaba en ese momento la comida... El seleccionador tuvo entonces un gesto de arrepentimiento por su descontrolada reacción. 'Ha dicho que si alguien quiere que le explique el trabajo que hace y el sistema de juego de España, que vaya a la sala de proyecciones', anunció el jefe de Prensa de la Federación Española. No faltó nadie. 'Lo importante -dijo para empezar- no es el sistema de juego, sino la calidad de los futbolistas'. Camacho estaba ya en su salsa. Se notaba. Respondía a todas las preguntas con jovialidad mientras movía con rapidez sobre la pizarra las fichas de colores que representan a los jugadores. 'Nosotros tenemos una jugada típica en los córners. Sacamos al primer palo para que un compañero la peine hacia atrás y un tercero, en el segundo palo, remate a gol'. -¿Y quién decide sacar el córner al primer palo?, preguntaron. -Pues yo, joder, ¿quien va a ser?, respondió entre risas. Y siguió destripando el juego de España, y mostrando los vídeos de los rivales y cómo hace frente a una defensa de tres hombres o a una de cuatro. 'Intento demostrar a mis chicos cómo es el rival y la forma de inutilizarle, pero luego son ellos quienes juegan'. No se detuvo ahí. 'En el primer amistoso, insistí a los futbolistas que, cuando alguien va a centrar, deben olvidarse de él y preocuparse sólo del que puede rematar. Pues nada, en una jugada veo que tres se van a por el que tiene el balón. ¿Y qué se hace antes estas situaciones? Pues nada, decírselo y seguir insistiendo'. Enseñó también el seleccionador el modelo de trabajo del equipo técnico que dirige, los exhaustivos informes personales que elaboran de cada uno de los futbolistas a los que siguen, los pases que dan con el pie, con el tacón, en qué zona del campo pierden los balones, dónde los recuperan, cómo se mueven en el terreno de juego... Lo sabe todo de los 23 convocados para el Mundial, de sus rivales y de los posibles cruces, si superan la primera fase del torneo. 'Señores, aquí no hay secretos ni sistemas de juego. Sólo hay trabajo, y la estrella que hace que el balón dé en el palo o entre a gol', zanjó satisfecho, mientras el jefe de prensa le advertía: 'Míster, que hay que ir a comer'.