La selección española camina hacia su récord en un Mundial

J. P ,

DEPORTES

09 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

La selección encontrará rival el martes. España no se enfrentará a Sudáfrica hasta el miércoles, pero el día anterior se dilucidarán los clasificados del grupo E para los octavos de final. El equipo que dirige José Antonio Camacho aseguraría el primer puesto con un empate, por lo que podría elegir qué rival le conviene para el cruce de octavos de final. Tal posibilidad, sin embargo, es algo que ni se plantean los seleccionados españoles. Así de claro lo dejó el capitán del equipo, Fernando Hierro, para quien «ante Sudáfrica no hay otro objetivo que la victoria». El central español explicó que, en su opinión, «elegir rival en el mundo del fútbol es muy complicado. Cualquiera te puede ganar. Nunca sabes lo que es mejor, por lo que la obligación de España es ganar, lograr el primer puesto y enfrentarse al rival que nos toque en octavos», manifestó tajante el jugador. España ya tiene asegurado el pasaporte para la siguiente ronda después de vencer a Eslovenia y a Paraguay. Si puntua ante Sudáfrica asegurará el liderato y en octavos de final se cruzará con la segunda clasificada del grupo E, que podría ser Alemania, Camerún ¿que se enfrentan entre sí¿ o Irlanda. Fase decisiva El defensa malagueño destacó que el equipo español está «en el buen camino, pero todavía no ha conseguido nada, sólo el objetivo de la clasificación para la siguiente fase. A partir de octavos te lo juegas todo a un partido y los objetivos se alcanzan o se pierden en solo 90 minutos». Está claro que no habrá concesiones en ese aspecto, aunque cada jugador pueda tener su preferencias. Para el delantero Albert Luque, por ejemplo, el mejor rival posible en octavos sería Irlanda. «Alemania es una de las favoritas para la final y Camerún también es un equipo complicado», manifestó, aunque explicó que España «saldrá a por la victoria ante Sudáfrica para quedar primera de grupo». Ante Sudáfrica, sin embargo, no solo está en juego el primer puesto del grupo B, sino también el igualar una marca histórica y, posteriormente, disfrutar de la posibilidad de batirla con el encuentro de octavos de final. España sólo había ganado sus dos primeros partidos de un Mundial, en el de Brasil, en 1950. Entonces, se impuso con comodidad en sus tres primeros choques, cuando venció en el debut a Estados Unidos (3-1), y, posteriormente, a Chile (2-0) e Inglaterra (1-0), con el mítico gol de Zarra. A pesar de tan buen comienzo, su trayectoria en el torneo decayó después. Ese año, España empató su cuarto partido, ante Uruguay (2-2), y perdió el quinto por goleada ante Brasil (6-1).