El Celta acusa la presión del liderato y cede un empate

Víctor López VIGO

DEPORTES

ÓSCAR VÁZQUEZ

Los celestes dieron ante el Málaga una imagen nerviosa que les privó del triunfo

30 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

El Celta pagó con un empate sus ansias por mantener la primera plaza del campeonato y empató a dos con el Málaga. El conjunto vigués remontó un marcador adverso pero luego no fue capaz de administrar su ventaja. La velocidad que cogió el partido de salida hacía presagiar un gran espectáculo como así sucedió. Los celestes salieron volcados en demostrar que su liderato no era una casualidad pero olvidaron que enfrente tenían a uno de los equipos más en forma del campeonato. El fútbol pasaba de un aréa a otra y en este ida y vuelta cayó el primer gol. Jesuli controla a la perfección un balón en profundidad. Su regate le coloca en una posición inmejorable pero ni Catanha ni José Ignacio tienen fortuna en el remate. A la contra el Málaga encuentra espacios y Valcarce gana la espalda a Velasco para centrar y que Musampa se anticipe a Cáceres. La inspiración del camerunés es un hecho, lleva cinco goles, y su equipo coge ventaja. Esta parecía una mala noticia para la parroquia local pero no fue así. Los célticos tomaron conciencia de que debían llevar la responsabilidad y arrinconaron a los malagueños. En ese empuje un centro de Gustavo López es cortado con las manos por Josemi. El árbitro pita penalti y para extrañeza de la grada Catanha reclama a Mostovoi el lanzamiento. El delantero logra el empate y que su equipo se sienta grande. Cada signo positivo iba acompañado de otro negativo y para el celtismo este fue el de la lesión de Gustavo López. Su pubis parece que vuelve a darle problemas y cortó de raíz una gran actuación personal. Edú entró en el campo para ocupar su puesto en un momento dulce de sus compañeros. Tanto era así que el Celta iba a marcar de nuevo a balón parado. Esta vez fue Mostovoi quien colgó el saque de una falta para que Berizzo cabecease a gol. El cuadro vigués era líder pero las alegrías celestes duraban poco y un minuto después otro viejo y conocido error. Mostovoi inventa un pase de tacón para Catanha que la defensa del Málaga corta. El contragolpe vuelve a coger a la zaga olívica descolocada y con un horroroso repliegue. Cáceres introdujo en su portería un pase envenenado de Darío Silva en una jugada típica del ataque andaluz. El descanso aún no había llegado y el partido ya había enseñado a dos equipos que no saben tomar precauciones. El partido lejos de tranqulizarse subió incluso en su nivel de locura. El Málaga se mostró dispuesto a ir por el triunfo y se volvió a encontrar con un penalti por una falta de Miguel Angel a Edú. Esta vez Catanha dejó que lanzase Mostovoi y Contreras adivinó la intención del ruso y paró. Con el mundo al revés cualquier resultado era posible. Los dos entrenadores decidieron oxígenar el medio campo y gastar sus cambios en sustituir a los pivotes. La más inesperada fue la variante de Lotina que introdujo a McCarthy por Luccin en un todo por el todo en busca del premio. A punto estuvo de llegar cuando en la última jugada Contreras se encontró en la misma línea de gol con una ocasión que marró Edú.