El equipo lucense, que llega con Davis «tocado», cuenta con una inmejorable ocasión para hundir más a un equipo agonizante en la ACB y la Euroliga
09 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Han sido muchas visitas a la calle de la amargura, muchos viajes de vuelta con la cabeza baja y el gesto de amargura. Por allí pasaron Orange, Manel Sánchez, Perasovic, Bonner... todos vestían de celeste. Y acabaron aplastados por el peso de la historia del Real Madrid. En dieciocho comparecencias, el Breogán tan sólo ha sido capaz de doblegar una vez al gigante blanco. Fue hace veintisiete años. Pocos jugadores de la actual plantilla habían nacido cuando se produjo tal gesta. Pero ese coloso se ha mirado estos días y nota que la tierra se mueve bajo sus pies de barro. Jamás el Leche Río va a tener una oportunidad semejante para tomar el Saporta, un recinto que juzga a un equipo plagado de dudas tras caer lastimosamente ante el Estudiantes y el CSKA en la Euroliga. Imbroda ha apadrinado un proyecto que amenaza ruina. «No estamos bien, eso ya nadie puede esconderlo, pero tampoco es para suicidarse. Si caemos contra el Breogán sí empezarán a ponerse las cosas muy feas». Las palabras del antiguo seleccionador resumen el estado de ansiedad del equipo. Imbroda no deja de darle al pañuelo. Desde que tomó las riendas del Real Madrid, con un polémico hola y adiós a la selección, ya lloriqueó que no tenía materia prima para gran cosa. Esta semana ha ido más allá, precisando que «estamos muy lejos de los pretendientes de la Euroliga». El Breogán intentará amarrar, por lo tanto, hoy ( 18.00 horas , treinta minutos antes en Radio Voz ) el más que probable caballo desbocado que va a ser el Madrid a la conquista de su decepcionada afición. La defensa parece ser una cuestión capital. «Si no andamos centrados en ataque ya no defendemos; pero los partidos se ganan desde atrás. Debemos entender que el Real Madrid es un equipo duro y basa su juego en la agresividad atrás, así que habrá que estar comunicativos y atentos en las ayudas», proclama el preparador lechero. Casadevall tiene claro que el equipo debe ser más coherente en sus ataques «buscando posesiones más largas y balones interiores con cierta regularidad». Éste se muestra obsesionado porque sus muchachos no pierdan la seña de identidad que pide al grupo: la garra: «Si cada uno va a su bola, no hay nada que hacer». Y mientras el propietario del Saporta recupera a Tarlac y tendrá a Reyes -discreto en el derbi ante el Estudiantes- ya dispuesto a seguir haciendo de martillo pilón en la pintura, el Breo acude a la cita con Davis tocado . El de Miami sólo duro medio entrenamiento ayer y sufre fuertes dolores al hacer reversos. Los altibajos del Real Madrid le han llevado a dejar en tres puntos al Unicaja en un cuarto -un récord negativo en la ACB, con cero canastas en juego- y a acabar perdiendo el partido por sus errores. «Estoy de acuerdo en lo que dice Casadevall de que somos irregulares. El Estudiantes, por ejemplo, nos ganó hace una semana porque fue más constante, casi por aburrimiento», aporta Imbroda, un hombre que no siente gran apego a Rodríguez, de aquí que éste haya tenido que esperar a que Moncho López tome las riendas de la selección para tener posibilidades de ser internacional. Pantalla gigante en el Pazo El técnico melillense ha despojado a sus chicos de la sistematización a la que se veían sometidos con Scariolo y ha impuesto un tercer grado defensivo. Esa es la virtud del conjunto merengue: la constancia en su mitad de pista. Un terreno en el que se mueve mal el Breo. Para el equipo gallego llega, eso sí, una gran oportunidad para sacarse de encima nueve meses sin ganar fuera. Y evitar más agobios en la visita del Caprabo al Universitario el sábado. Los aficionados que deseen ver el partido por televisión (RMTV) podrán hacerlo en la pantalla gigante que instalará el club en el Pazo.