El reencuentro con Víctor Fernández y su Betis será emotivo
16 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Víctor Fernández y el Celta firmaron un pacto con el destino y este les ha llevado a reencontrarse en Sevilla. Esta es la ciudad donde el mejor Celta de la historia no pudo coronar con un título cuatro años de excelencias futbolísticas. A poca distancia del escenario del dolor, La Cartuja, los celestes vivirán una jornada especial para el celtismo por tener enfrente al padre de sus mejores elogios. Pocos celtistas pueden recordar un equipo que generará tanto arte y que hiciese al público de Balaídos llegar a aplaudir sin descanso hasta en un empate. La misma doctrina El entrenador maño se fue al Betis en busca de seguir profesando su doctrina. Lo está logrando, los béticos igualan en Mestalla, no ganan, pero hacen fútbol. Este equipo genera envidia en muchos célticos porque les recuerda a aquel maravilloso Celta que Fernández dirigió. Está por debajo en la tabla pero sus seguidores disfrutan. Dicen, que hasta le dedican ¡olés! en los entrenamientos de los verdiblancos. Lotina no es culpable de este cambio en Vigo. El Celta ya había perdido esa chispa de genio antes de que Fernández se fuese. El vio que su equipo había terminado un ciclo y muchos se negaron a creerle. Al nuevo técnico no le han dado en un año de vacas flacas nuevos pinceles para seguir creando. Tiene casi los mismos y le aplica otros barnices para conservar su color. Dejando a un lado los sentimentalismos que inspira esta cita, el cuadro vigués llega al Ruiz de Lopera con la firme promesa de no repetir lo de la temporada pasada. Aquel 4-1 fue escandaloso por la forma y el fondo en el que se produjo. Nada es igual y las repeticiones se dan muy pocas veces. El Celta que va a saltar en Sevilla será el más parecido al de sus mejores días. Probablemente en el campo estén los mejores: Mostovoi, Luccin, Catanha, Gustavo López, Jesuli, Cavallero..., ninguno de ellos ha querido perderse la clase. Sin duda, tendrán ganas de enseñarle a su antiguo profe que siguen siendo parte de la grandeza del fútbol español, que no se han olvidado de lo que saben. La amplitud térmica por la que han pasado estos días -Soria, Vigo, Stavanger, Sevilla- debe tener un efecto en su juego. Un cambio óptico vendría bien para que todos crean en este colectivo de artistas. El Celta puede ascender hoy a la segunda posición si gana (y no lo hacen ni el Valencia ni el Mallorca) o desecender a la séptima si cae derrotado y ganan el Madrid y el Málaga.