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La ira contra Figo provocó un parón de quince minutos

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN

DEPORTES

Los hinchas catalanes arrojaron al portugués incluso botellas de whisky y una cabeza de cochinillo cuando el ex capitán del Barcelona se dispuso a lanzar los saques de esquina

24 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

De pronto, fue el superclásico de la Bombonera: la grada hervía, en el césped, Bonano, Riquelme, Cambiasso y Solari. El terreno se llenó de objetos. El partido se paró. Pero algo demostraba que el escenario no era sudamericano. Algo que avergonzaría hasta a los propios argentinos. Alguien arrojó comida. Los detractores de Figo dieron la nota en el Barcelona-Real Madrid y provocaron su interrupción durante un cuarto de hora debido al lanzamiento masivo de objetos al terreno de juego. Al portugués sólo le faltó la bandeja: tenía toda suerte de refrescos, botellas de whisky... y cuentan que hasta una cabeza de cochinillo. Era el minuto 24 de la segunda parte y Figo se dispuso a lanzar el segundo de sus saques de esquina. El fondo del Camp Nou vibró tanto que empezaron a llover todo tipo de cosas. Hasta tres veces intentó el portugués colocar el balón en el ángulo. El colegiado Medina Cantalejo, viendo la imposibilidad de la acción, habló con los capitanes del Barça. Cocu y Puyol intentaron calmar la furia del barcelonismo. Fue inútil. El delegado azulgrana, también. Por eso, los jugadores madridistas se retiraban al banquillo mientras el partido se suspendía momentáneamente. El clímax llegó cuando el encargado de la megafonía (el mismo que había concedido diez segundos de regalo a Figo al recitar las alineaciones para que las masas se desahogasen) pidió deportividad. Claro, ni caso. Luego fue de locos. Los hinchas se congratulan al tiempo que Puyol se cabrea y pide educación, y Gaspart sale como una centella del palco hacia el estómago del coliseo barcelonés. Quince minutos después, Figo logra lanzar su córner protegido por la Policía... y Xavi.