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La cara oculta de la gloria

Rubén Ventureira A CORUÑA

DEPORTES

La muerte de Zanette reabre el debate sobre el consumo de determinadas sustancias

13 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Los deportes de alto riesgo se asocian al puenting y demás modalidades extremas. Pero, a la vista de acumulación de muertes prematuras en el ciclismo, el atletismo y el fútbol, habrá que ir incluyéndolos en la relación. A veces, la trastienda de la gloria se parece demasiado a una rebotica. El fallecimiento por paro cardíaco del ciclista Zanette, a los 32 años, ha reabierto el debate sobre las consecuencias del dopaje. El primero en alzar la voz ha sido el del patrón de la escuadra italiana Amore e Vita, Ivano Fanini, quien considera que «los responsables de este deporte deben cambiar completamente la forma de entender el ciclismo, si no casos como éste serán cada vez más frecuentes». «Ya dije que muchos ciclistas corren el riesgo de no llegar a los 50 años por las sustancias que se ven obligados a ingerir», recordó Fanini. Hablando de ciclismo y muerte por dopaje siempre hay que empezar por citar a Tom Simpson, el británico que se asfixió en las rampas del Mont Ventoux en el Tour de 1967. Un batiburrillo estomacal de anfetaminas y coñac resultó letal. Altamente sospechosa es la muerte por paro cardíaco y en circunstancias extrañas de 16 ciclistas holandeses entre 1987 y 1990. La mayoría de los fallecimientos se produjeron mientras los deportistas dormían. Se ligó al consumo de EPO esta plaga mortal que se llevó a la tumba a Bert Oosterbosch, que se había retirado unos años antes tras una carrera brillante. Posteriormente, una investigación del Instituto Curie ofreció unos datos estremecedores. Entre 1975 y 1995, cinco franceses que corrieron el Tour murieron por un infarto o por un accidente vascular antes de cumplir los 45 años. Los dos más jóvenes todavía no habían soplado 30 velas. Aquí, el diario El Mundo publicó el pasado año que la Clínica Universitaria de Navarra había detectado el primer caso de trombosis asociado al EPO en un ciclista español. Se trataba de un amateur. El atletismo es otro deporte cuestionado. La muerte a los 38 años de Florence Griffith, la más rápida del mundo, levantó sospechas. Nunca dio positivo, y ahí se zanja el asunto. Hay quien recuerda que se retiró antes de que hubiese controles por sorpresa. Recordados son los casos de dos lanzadores suecos que murieron antes de cumplir los 40. La polémica también ha tocado al fútbol. El técnico Zeman denunció la generalización del dopaje en el Calcio. El fiscal de Turín, Raffale Guariniello, investiga la muerte prematura de al menos 400 futbolistas desde 1960 a 1966. ¿Las causas? Cáncer, leucemia y el mal de Gehrig. Este último acabó, a los 42 años, con Gianluca Signorini, ex jugador del Parma y del Génova.