Duque volvió a prescindir de Moure en el entrenamiento
12 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.El guionista de San Lázaro no deja de sorprender y de complicar la trama del día a día. Por si eran pocos los problemas y las penurias económicas, esta semana han entrado en erupción las relaciones entre el primer entrenador, Luis Ángel Duque, y el segundo, Suso Moure. Unas relaciones larvadas durante tiempo que encontraron un punto de inflexión en el transcurso del partido de Tenerife. En el Heliodoro todo salió al revés. El sistema por el que optó Duque antes del partido, con Vojvoda por delante de los centrales para hacer un marcaje individual a Paunovic, causó sorpresa generalizada ya que en las jornadas previas ninguno de los ensayos hacía pensar en esa variante táctica. En la primera parte el Compos tuvo sus opciones para ponerse por delante en el marcador. Pero en líneas generales el Tenerife fue el dominador, el desconcierto se adueñó del conjunto santiagués y la segunda mitad careció de historia. En un momento dado del partido, de los labios de Moure salió una expresión fea y directa. Para sorpresa de todos, e incluso del propio Moure, poco dado a ese tipo de dislates verbales. Eso ocurrió el domingo. El lunes hubo día de descanso y el martes, al reanudarse los entrenamientos, Duque comunicó a su ayudante que no contaba con él. Y Moure se reunió brevemente con los jugadores para excusar su comportamiento en el Heliodoro. Después, Caneda medió, sin éxito, ya que ayer el primer entrenador volvió a prescindir de Moure. Y el presidente espera que no haya una tercera vez: «Tienen que entenderse. De momento, mando yo. Tienen que arreglarse y ponerse de acuerdo. Nadie me juega un pulso. Y eso no es pasar por encima del entrenador, pues Moure ya se ha disculpado». Ayer, los dos técnicos declinaron ayer hacer manifestaciones sobre lo ocurrido en los últimos días. ¿Y el vestuario? Hasta la fecha, Moure cumplía la labor intangible de hacer de puente entre los jugadores y el entrenador. La plantilla siempre ha optado por mantenerse en un segundo plano. Y todo apunta a que seguirá en la misma línea. A partir de ahora, y a sabiendas de que no hay química en el cuadro técnico, falta por ver si acabará habiendo cisma o si todas las partes serán capaces de aparcar las desavenencias durante el tiempo de trabajo para remar en la misma dirección, toda vez que el presidente no ha considerado oportuno rehacer el organigrama técnico.