El futbolista más extrovertido de la plantilla seguirá aportando su energía natural al juego del Celta hasta los 31 años, a pesar de que hace mes y medio deseaba irse
08 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.«No me veo jugando en el Celta por mucho tiempo», vaticinaba Juanfran hace exactamente un año. Como futurólogo no tiene futuro (valga la redundancia), pues salvo sorpresa firmará una ampliación de contrato con el club vigués hasta junio de 2007, cuando esté a punto de cumplir 31 años. Así lo anunció Horacio Gómez anteayer. Genio y figura hasta la sepultura, Juan Francisco García García (Valencia, 1976) es el tipo más extrovertido de la plantilla céltica. Aunque de la misma manera que cuando está feliz su alegría natural se contagia a todo cuanto le rodea, cuando tiene alguna preocupación se le nota. En el valenciano se cumple el dicho de que la cara es el espejo del alma. Juanfran es pasional. Con su continuidad en Vigo, el corazón celeste sigue latiendo. Esa energía natural que guía sus movimientos se traslada al terreno de juego y le ha dado la oportunidad de jugar un Mundial con la selección española, uno de los sueños que a todo futbolista le gustaría ver cumplidos. José Antonio Camacho confió él a pesar de que en los últimos meses su divorcio con Víctor Fernández le llevó al banquillo. Nunca ocultó sus desavenencias con el ex técnico celeste, aunque nunca ha sacado a la luz pública el origen de este desencuentro, que él justificó por cuestiones extradeportivas. Sorprende la renovación de Juanfran porque hace escasamente mes y medio se quejó públicamente de que el Celta no le había dejado marchar cuando tenía un par de ofertas del fútbol inglés. El propio Lotina ha declarado que es un lujo contar con dos laterales zurdos de la categoría de Sylvinho y Juanfran, como dejando caer que uno de ellos sobraba. Por Juanfran llegó a estar muy interesado hace dos años el Barcelona, pero las elevadas pretensiones del Celta, que pedía por él nueve millones de euros, cerraron su salida y la entidad azulgrana apostó por el italiano Coco, que no cuajó en Can Barça. La renovación no le cierra las puertas, ya que si viene algún club con una buena oferta, el Celta no le pondrá ninguna pega para marcharse. Sin embargo, Juanfran no está a disgusto en Vigo. Aquí ha conocido a su novia Nuria, con la que se casará próximamente. «Vigo es mi segunda casa», dijo en una ocasión». Mientras el pollito, como se le conoce cariñosamente, no cambie de aires, en el vestuario de A Madroa seguirá sonando la música a todo volumen y su voz a grito partido. Los viajes seguirán teniendo su salsa con Juanfran vestido de azafata o cogiendo el micrófono del avión para entonar su canción favorita. Y cuando le dejen, hará un peinado especial a algún compañero.