Turu Flores: «Mi gran error fue bajar los brazos en el Valladolid»

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Alexandre Centeno A CORUÑA

DEPORTES

Fue un ídolo en Vélez, en el Las Palmas y en el Dépor, pero la llegada de Tristán empezó a ensombrecer a una estrella que ahora se apaga lentamente en el Mallorca.

23 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El corazón de los hinchas deportivistas todavía palpita con locura, cada vez que recuerdan sus actuaciones contra el Celta de Vigo. Turu Flores (Buenos Aires, 16 de mayo de 1971) fue durante una temporada la gran estrella del Deportivo y durante otra -la de la Liga- el compañero de fatigas ofensivas del pichichi Roy Makaay. Pero con la misma facilidad que surgió la gloria, aparecieron los momentos difíciles y éstos se prolongan hasta la actualidad. El futbolista que adoptó su apodo de un personaje de dibujos animados analiza su declive en el momento más difícil de su carrera. -Ese futbolista no ha cambiado. Sucede que ahora estoy en Mallorca, en un equipo en el que no me querían y, por lo tanto, no juego. -¿Por qué se marchó entonces del Deportivo? -Porque me engañaron. Recuerdo que en Vilalba, me llamaba el presidente y me decía que hacía tiempo que estaban detrás de mí, que me necesitaban... No era cierto. La única verdad era que querían traspasar a Luque y yo tenía que entrar en la operación. -¿Se arrepiente de haberse ido? -No sé si me arrepiento, pero si entonces manejara la información de la que ahora dispongo, no hubiera dejado el Deportivo. ¿Cómo voy a irme a un sitio en el que no me quieren? -Y el técnico, ¿qué le dice? -Al no jugar, tampoco existe demasiado diálogo. Además, es que él no tiene nada que decirme. No es culpa suya. Yo fui una imposición. Él no me quería y, entonces, hasta es normal que no cuente conmigo. -¿Qué siente cuando recuerda sus tiempos gloriosos en Vélez y en el Dépor? -Disfruté de cosas muy bonitas: la Intercontinental, la Liga... A veces me acuerdo y me entra la nostalgia. Sin embargo, lo pienso y digo: ¿Voy a estar siempre viviendo del pasado? Me niego. -¿Y cuando visita A Coruña qué siente? -Pues me levanta el ánimo, porque pasear por la calle y ver que la gente te guarda cariño, te hace sentir importante. Por eso, no tengo más que palabras de admiración hacia la gente y el club. -¿Cómo se explica que haya llegado a esta situación? -Uno se lo plantea y no encuentra una explicación exacta. Influyen muchos factores. A veces, incluso he pensado: ¿Es que me he olvidado de jugar al fútbol? No creo que sólo sea culpa mía, aunque admito mi parte de ella. Mi gran error fue bajar los brazos en el Valladolid, cuando todo me iba mal.