?uande Ramos, que llegaba como entrenador del Málaga por primera vez al Estadio Olímpico tras haber sido destituido la temporada pasada como técnico del Espanyol, se vengó ayer duramente de su ex equipo, al sumar una victoria (1-2) que deja como colistas a los blanquiazules catalanes. El Espanyol y el Málaga jugaban el partido del miedo, hundidos ambos equipos en el abismo de la tabla y con ambos técnicos cuestionados por su excesivo conservadurismo y los escasos resultados. Y la balanza se decantó del lado malacitano, gracias a un gol a última hora del delantero Salva Ballesta cuando más apretaba el Espanyol en busca de su primera victoria y cuando todo hacía prever que ambos equipos iban a firmar un empate a uno que a nadie servía. El Málaga toma aire fresco.