
Hace menos de dos días, Morientes era el artillero de moda en Europa; hace menos de dos años, el mejor delantero de la Liga de Campeones jugaba en la Segunda División francesa.
02 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.?l martes por la noche, el ex madridista Fernando Morientes era el sorprendente máximo goleador de la Liga de Campeones, con tres tantos. Después de los encuentros disputados veinticuatro horas después, el ariete del Mónaco (club que terminó segundo el año pasado en Francia) fue superado por el delantero del equipo rival, el Marsella (tercero en Liga la última campaña). Didier Drogba (Abidjan, Costa de Marfil, 1978) había logrado en el partido ante el Partizán los mismos goles que el Moro . Y tenía uno en la recámara. Total: cuatro y pichichi. Europa permanece boquiabierta ante la Drogba-dependencia del Marsella. Salvo Francia, claro. Pauleta ya sabe lo que es sentir la competencia del marfileño en una competición de goleadores. No en vano, la pasada campaña, Drogba fue el tercer máximo anotador del campeonato francés (17 dianas) por detrás de Nonda (26) y Pauleta (23). Temporada y media en Primera División llevaba el delantero del Marsella cuando firmó esta hazaña. Era el triunfo de un futbolista cuyo físico (mide más de 180 centímetros de estatura) le convierte en un verdadero tanque en el área rival. El juego aéreo es uno de sus fuertes, junto con la potencia de su pegada y el oportunismo que está adquiriendo a medida que suma horas de vuelo en la élite. Drogba, también pichichi francés con cinco tantos, se curtió durante tres temporadas y media en la forja del Le Mans, de Segunda División. No destacó por su acierto y, a pesar de ello, el Guingamp le fichó como refuerzo de invierno para intentar evitar el descenso. Lo logró gracias a la pareja formada por Drogba y Florent Malouda. Ambos explotaron en la siguiente campaña (cuando Bertrand Marchand sustituyó en el banquillo a Guy Lacombe) y rozaron la clasificación para la UEFA. Didier logró una media de un gol cada dos partidos. Media Europa se fijó en él (entre otros, el Parma, Tottenham, Arsenal, Mónaco, Paris Saint Germain y Real Sociedad) y finalmente terminó en Marsella por un millón de euros, aunque lo cierto es que el Olympique a quien quería era al ex ariete del Bayern, Elber. Con Mido En la patria chica de Zidane, Drogba explotó definitivamente, de nuevo, haciendo pareja con otro atacante de calidad, el ex céltico Mido. Alain Perrin lo convirtió en la estrella del equipo y él respondió marcando en las citas importantes, como hace unas semanas ante el Real Madrid en el Bernabéu, aunque los blancos terminaron venciendo por 4-2. Didier Drogba es un delantero rápido y fuerte, con una personalidad ruda, al que le costó adaptarse a Francia cuando llegó con su familia de Costa de Marfil natal y que prefirió jugar en Marsella antes que ir a otro club de mayor nivel, pero fuera de su país de adopción. Se marchó del Guingamp con gran dolor de corazón (expresado públicamente) y llegó al Olympique jurando que era el club de su niñez. Sus ídolos, Jean Pierre Papin, Chris Waddle y Abedi Pele. «Ellos me hicieron soñar», dijo.