El noruego Petter Solberg (Subaru) se convirtió ayer en el primer líder del Rally de Gran Bretaña tras imponerse en la superespecial de 2,450 kilómetros, con 1,4 segundos de ventaja sobre Markko Martin y 1,8 sobre Marcus Gronholm y Tommi Makinen. Carlos Sainz acabó la primera jornada en la quinta posición, a 3,2 segundos de Solberg, mientras que su compañero en Citroën, el francés Sebastien Loeb, se quedó a 3,3 del líder. La lucha por el título del mundo de rallies entre Solberg, Sainz y Loeb comenzó en una tarde gélida en Cardiff, en contraste con el día soleado que pudieron disfrutar los pilotos. Las pistas tenían menos barro que lo que se esperaba y hubo sol. Ello puede favorecer un poco a los pilotos más noveles en esta prueba, como Loeb, o los dos de Ford, Duval y Martin, pero esa circunstancia servirá también para equilibrar un poco más las fuerzas entre el Subaru de Solberg y el Citroën de Sainz, que calzados con diferentes neumáticos -Pirelli en Subaru y Michelin en Citroën-, podrían marcar la diferencia. «La superficie de estas pistas es más dura que las de Escocia», comentaba Sainz antes de la salida. «Hay una capa de piedra dura debajo del barro y en ocasiones hay piedras que sobresalen más de lo debido y someten a los neumáticos a un trabajo muy duro, por lo que la elección no sólo estará en función del estado de la superficie, sino también de lo que hay debajo», destacó el español. Dificultades Las probabilidades de nieve, pero sobre todo la niebla, casi segura por las mañanas, obliga a los pilotos a conducir en unas condiciones muy complicadas y a buscar trazadas fiándose de las notas tomadas en las dos pasadas de entrenamientos. Además del posible fallo de pilotaje, los pinchazos, el hielo y las piedras serán un condimento añadido a la prueba más incierta del campeonato y que además es la decisiva para Sainz, Loeb y Solberg. Solberg ya fue el más rápido por la mañana en las pruebas previas. No se sabe si el noruego ocultaba por la mañana sus bazas, pero dejó atrás a los dos Citroën, y eso a pesar de tener una fuga de aceite en el cambio. Los Michelin de Citroën no alcanzaron la temperatura ideal, y eso no es un buen presagio para sus grandes rivales, Carlos Sainz y Sebastien Loeb.