Petter Solberg acaricia el título mundial. El noruego (Subaru Impreza WRC) no sólo se mantiene en la primera plaza después de la segunda jornada del Rally de Gran Bretaña, sino que ha aumentado su ventaja con respecto a su único rival, Sebastien Loeb (Citroen Xsara). Ya son 41 segundos de diferencia, suficientes para que el escandinavo acaricie el triunfo. Se cumple así la profecía de Sainz, que veía a Solberg como favorito. Seguramente, Loeb se estará arrepintiendo de su elección de neumáticos en Cataluña, donde perdió los dos puntos de más que le daba el primer puesto en la última especial. En Citroën han decidido que lo importante es el título de constructores y que el francés tiene que asegurar para mantener el segundo puesto. El gran escollo para Loeb es que Rovanpera, el único Peugeot que sigue en carrera, está en quinta posición y en caso de problemas en los Citroën podría dar el título a Peugeot. Y mientras el galo se contiene, Solberg es el gran dominador. Logró adjudicarse una a una todas las especiales del día y demuestra que tiene la corona mundial en su mano. La segunda jornada también tuvo una nota negativa para los españoles. Dani Solá, que pilotaba un Citroën Xsara mantenido por el equipo español de Piedrafita, se hallaba en undécima posición en la 13 especial, pero en la penúltima del día, la 14, un incendio en su coche le obligó a abandonar. Salvador Cañellas, que tenía posibilidades de ser campeón júnior, se halla en sexta posición de su categoría, en un rally para olvidar y que no ha sido propicio para los españoles. Los abandonos de Sainz y Solá y el retraso acumulado por Cañellas dejan el pabellón hispano bajo mínimos.