Casadevall y Torres creen que la lucha bajo los aros será decisiva
05 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Iba preocupado el año pasado el Breogán a Lleida, sin saber qué se iba a encontrar y si realmente estaba en condiciones de olvidar sus penas descensoras. Fue un partido horrendo, que coronó a Lewis y González, pero el equipo salió fortalecido en busca de una racha espectacular que le llevó a las orillas del play off. Esta tarde (20.00 horas, a las siete y cuarto en Radio Voz) comparece en el Barris Nord mucho más libre de ataduras, simplemente sabiéndose bueno, tratando de repetir otra serie victoriosa que le arrastre en este caso a la Copa. Van tres victorias seguidas. ¿Caerá la cuarta? Quizá el técnico celeste tenga razón. Hay demasiado triunfalismo en el entorno celeste, pero ese mismo estado de euforia desató la pasión por el play off el año pasado. Al mismo Casadevall se le ha escuchado estos días decir en público que está contentísimo por cómo entrenan sus muchachos. «Esta semana han hecho un trabajo espléndido ?refrendó?; hasta alguna sesión la acortamos diez minutos». La Copa, «burrada» Cuando sus chicos han sanado ya no ha habido rival que se les resistiera. Eso sí, califica de «burrada» poner como meta actual la Copa. El Lleida mantiene la tónica de los últimos rivales ?Fuenlabrada, Real Madrid, Alicante, Joventut y Girona?; está en crisis y puede desesperarse ante la templanza lucense. Su reciente victoria en la Copa ULEB no le consuela: «Hombre, siempre es mejor haberla logrado ?admite el técnico, Edu Torres?, pero nuestra preocupación está en la liga ACB». En el seno del equipo no sentó del todo bien la decisión del club de salir a Europa tras la renuncia del Breo, pero los jugadores han tenido que tragar. Tamames, por lo menos, intenta extraer una lectura positiva: «Tras el palizón que nos endosó el Barça nos hacía falta una reacción para tener tranquilidad. Hay que ganar estos partidos de final de la primera vuelta y sobre todo el próximo, ante un rival que esta en nuestra línea». Casadevall cree que Lleida «tiene un buen equipo y con mucha experiencia, ya que cuenta con veteranos que han librado mil y una batallas», aunque es claro al señalar que si sus chicos juegan como en los tres últimos compromisos «no debemos temer a nadie». En efecto, Torres está construyendo un armazón de jugadores de vuelta de todo como hizo en Andorra, en donde cosechó un rotundo éxito pero al final llevó al equipo al descenso. La pelea bajo el aro entre Garcés y el blandito Alston por un lado, y Davis y Bramlett por otro podría resultar decisiva, según los técnicos. El Caprabo Lleida ha perdido contundencia tras la marcha del fiero Michael Ruffin. «Debemos intentar abstraernos de lo que pasaría si perdemos», sostiene Torres, quien no evita pronunciarse sobre la necesidad de encontrar «esa química que hace ganar a los equipos». La premisa para Casadevall es «no perder la cabeza». «Si tenemos calma y somos duros atrás como contra el Joventut podemos ganar, seguro», concluyó el preparador catalán.