Dépor y Celta evitan a equipos que juegan UEFA o «Champions»

La Voz LA VOZ | A CORUÑACOLPISA | LEGANÉS

DEPORTES

SORTEO Deportivo y Celta, los dos equipos gallegos que disputarán los octavos de final de la Copa del Rey, conocerán hoy sus rivales para esa ronda.

18 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

El sorteo se celebrará esta mañana, a las doce del mediodía, en las instalaciones de la Real Federación Española de Fútbol, en Las Rozas. En esta eliminatoria se evitará una vez más que se enfrenten equipos que están disputando competiciones europeas (Liga de Campeones y UEFA), para no hacerles todavía más dura la temporada. Por tanto, Deportivo y Celta no podrán jugar entre sí, como tampoco contra Real Madrid, Valencia, Barcelona o Villarreal. Por tanto, los mayores huesos del bombo para los conjuntos gallegos serán los adversarios de Primera División que no disputan este año competiciones internacionales. Sobre todo, Atlético, Sevilla u Osasuna, en buena forma. A ellos hay que agregar Betis, Málaga, Valladolid y Zaragoza (de Primera), y Levante, Alavés y Éibar (de Segunda). Ida y vuelta En octavos ya no habrá condicionantes geográficos en el sorteo. Se suprime también la eliminatoria a un solo partido. Los de ida se jugarán el 8 de enero, y los de vuelta, el 15. Primero, en casa del equipo de inferior categoría. Si fuesen de la misma, en el orden establecido por el sorteo. Un Madrid con un sistema defensivo paupérrimo y una falta de atención inaceptable, sigue vivo en los octavos de final de la Copa del Rey sólo porque Solari, con la colaboración de un zaguero, forzó la prórroga cuando apenas quedaban tres minutos y Leganés ya estaba de fiesta. Después, el Lega perdonó ocasiones pintiparadas, Raúl sacó magia de su inagotable chistera y César evitó los penaltis con un paradón espectacular a chilena de Enría. Tanto se estiró el portero extremeño que se lesionó el hombro y le puso épica a una noche vibrante, típicamente copera. Más por su dejadez que por aciertos de un equipo canchero con nueve titulares argentinos, el Madrid tiró por la borda una suculenta ventaja de 0-2 en el tramo final de la primera parte y el arranque de la segunda. Se complicó la existencia hasta límites insospechados. Tanto, que estuvo a punto de reeditarse la debacle de hace tres años en el Salto de Caballo de Toledo, versión pepinera. Después de los goles de Beckham y Raúl, el partido parecía resuelto. Pero, con una actitud lamentable, el Madrid se fue del partido y decidió echarse a dormir en Leganés. Y como los locales tampoco achuchaban, pues no había de qué preocuparse. De pronto, en una acción sin peligro, Raúl Bravo intentó una cosa extrañísima, regaló el balón a Calandria y éste brindó el gol a Borja, un tipo que estuvo siete años en la Ciudad Deportiva del Real Madrid y aún es socio merengue. Era el minuto 39 y aún había partido. Tanto que justo antes del descanso, los defensas blancos hicieron la estatua en una falta lateral y Borja, de nuevo, marcó un golazo de falta. Por deméritos, los de Queiroz, ya con Salgado en lugar de Miñambres, se complicaron todavía más su continuidad en la Copa a los cinco minutos de la reanudación. Otro centro y un despiste de Pavón, que despejó tan mal con la testa que se la clavó a César. En tres aproximaciones y en apenas diez minutos, el Leganés le había hecho tres goles al equipo más laureado del mundo. Increíble pero cierto. En un abrir y cerrar de ojos, la eliminatoria tenía sabor local. A partir de entonces, al Madrid le entraron las prisas y a Queiroz el miedo en el cuerpo. Tanto que, mediada la segunda parte, el luso recurrió a Ronaldo. Salvo algún tiro más o menos lejano, el Madrid dominaba pero no pegada. Tuvo que ser Solari, de rebote, el que salvó a su equipo del ridículo y forzó la prórroga. También Kuhl contribuyó al fallar en el instante final, de cabeza, una ocasión pintiparada. En el tiempo extra, llegó la hora de Raúl y de César. La presumible noche plácida se tornó agónica.