El coruñés, fichaje estrella del Murcia, completa una temporada llena de lesiones e inquietudes. «Me he dado cuenta de que un gran jugador se define por su fuerza mental, no por su calidad», afirma
19 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.El año soñado por Julio Álvarez se está transformando en su peor pesadilla. La fractura de su clavícula derecha le privó de completar una pretemporada normal, cuatro días de fiebre le apartaron de jugar en el Bernabéu y, tras la destitución de Peiró, una tendinitis lo mantiene fuera de los planes de Toshack. «Estaba muy precipitado, pendiente de hacer las cosas cuanto antes y más agobiado de lo normal, pero no: hace falta tiempo», señala. El coruñés, formado en la cantera del Real Madrid, fichó por el Murcia tras una última cesión en el Rayo Vallecano que lo destacó como uno de los jóvenes futbolistas españoles de mayor proyección. «Quería llegar y comerme el mundo, me preparé físicamente a tope, pero me lesioné y la gente me paraba por la calle y me decía que tenía muchas ganas de que jugase, pero en aquel momento al equipo era un desastre, nos pasaban todos los males», recuerda. La ansiedad pudo con Julio Álvarez y su ilusión por jugar le llevó a sufrir numerosos problemas musculares. Así, durante esta Liga tan sólo participó en diez partidos (ninguno completo) y 344 minutos de juego. «Contra el Celta y la Real enlacé dos buenos partidos, pero teníamos que jugar en el Bernabéu y pasé cuatro días de fiebre, luego llegó Toshack y ¡vuelta a empezar!, todos los jugadores volvíamos a partir de cero», explica. El centrocampista, sin embargo, rechaza que su fichaje por el Murcia fuera un error. «No me arrepiento de ninguna decisión, ellos confiaron en mí y el año no está siendo bueno, pero quiero mirarlo desde el lado positivo y me está sirviendo para mejorar mi mentalidad, me he dado cuenta de que un gran jugador se define por su fortaleza mental, no sólo por su calidad», matiza. Su objetivo es «tener tranquilidad y jugar lo que pueda, ojalá el equipo se salve». Una circunstancia, la del descenso, que no cambiará sus expectativas: «No creo que disputar el próximo año en Segunda sea un paso atrás en mi carrera, en el fútbol hay que coger las cosas como vienen». Álvarez considera que nadie le puede reprochar su actitud y que el propio Toshack le ha reconocido que está dispuesto a contar con él en cuanto se recupere. «Se nota que tiene mucho carácter, llega con unas ideas propias que defenderá hasta el final», explica de su nuevo entrenador. El coruñés, de baja a causa, esta vez, de una tendinitis, confía en que esa lesión se convierta en la última. «Estoy más tranquilo, quiero aprender de lo que me ha pasado, estos diez días están siendo los mejores para mí, los mejores de toda esta temporada», señala. Un año para tomar carrerilla y volver a asaltar el estrellato.