El meta del Marsella cometió un clamoroso penalti que decidió la final
19 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.El Valencia sacó provecho de la expulsión del portero del Olympique de Marsella, Fabien Barthez para completar ayer en Gotemburgo una temporada histórica al proclamarse campeón de la Copa de la UEFA, al superar a los franceses por 2-0, un triunfo que llegó diez días después de que se adjudicase el título de la Liga española. Las lágrimas de tristeza de las finales de París y Milán de 2000 y 2001 fueron hoy de alegría en las filas valencianistas tras volver a ganar un titulo continental casi 24 años después de que lograse los de la Recopa y Supercopa de Europa a principios de los años ochenta. En la victoria de ayer, un hombre asumió buena parte del éxito valencianista: Miguel Ángel Ferrer Mista, pues sobre él se cometió el penalti que abrió el marcador y suyo fue el segundo gol. El equilibrio de fuerzas inicial se rompió al cuarto de hora de partido, momento en el que el equipo francés se adueñó del juego, manejó el balón y merodeó por las cercanías de la portería che. El conjunto de Benítez se sacudió el dominio del Olympique antes de la media hora de juego. Consciente de lo que estaba en juego y de que era superior a su rival, controló el centro del campo, si bien no lograba conectar con sus jugadores más adelantados. Unos problemas en la cadera habían puesto en duda la participación en la final del franco-marfileño Didier Drogba y a él se encomendó el Olympique, puesto que los marselleses trataron de llegar a la portería del equipo levantino con balones largos a su casi única referencia ofensiva. Jugada clave Cuando parecía que la primera parte no daba para más se produjo la que fue la clave del partido. Un derribo en el área de Fabien Barthez a Mista, cuando el murciano trataba de superarle, significó un penalti en el minuto 47 y la consiguiente expulsión del meta. Vicente Rodríguez inauguró el marcador. Al margen del golpe psicológico que suponía el gol en el último minuto del primer tiempo y la desventaja en el marcador, el hecho de afrontar el segundo tiempo con un jugador menos era, quizá, la losa más pesada para los franceses. Pronto aprovechó el Valencia esta ventaja. Sabía que su rival estaba tocado y buscaba darle el golpe de gracia. Fue Mista, su mejor jugador ofensivo de la temporada, el que se encargó de dar la puntilla al fusilar a Gavanon dentro del área y marcar el segundo tanto. El partido ya se movió al son que tocó la orquesta de Rafael Benítez, un equipo ya incómodo y casi imposible de doblegar de por sí con el empate inicial y que se convierte en insufrible con una ventaja en el marcador. Un durísimo disparo de Sylvain N?Diaye, que repelió con dificultades Santiago Cañizares, fue uno de los pocos sustos finales para un Valencia que nunca perdió el control.