El padre del jugador del Unicaja falleció justo un año después del accidente que mató a su madre, su novia y su hermana
19 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Hay hombres que pueden presumir de haber tenido suerte en la vida. Pero ese no es el caso del joven jugador. En la madrugada de ayer, cumpliéndose un año del accidente que le arrebató a las mujeres de su vida, el alero argentino volvía a ser víctima de la tragedia de una forma un tanto macabra. Su padre, Hector Herrmann, moría en Venado Tureto, su ciudad natal, tras sufrir un repentino ataque cardiaco. El suceso ocurrió en la noche del 18 de julio, la misma fecha en que sucedió aquel accidente, el día más negro en la historia de Walter Herrmann. Un año antes, Walter recibía la llamada telefónica que cambiaría su vida. El jugador, concentrado con su selección, se enteraba de que su madre Cristina, su novia Yanina y su hermana pequeña, fallecían en un accidente de tráfico, cuando se desplazaban a la localidad de Bell Ville para verle jugar. Walter estaba en el mejor momento de su carrera deportiva. El joven jugador se aisló de todo dejando como único enlace con el mundo a su otra hermana Jorgelina, que se trasladó a España para estar junto él. Estuvo a punto de dejarlo todo, pero su fuerza de voluntad y su amor por el baloncesto, hizo que no se diera por vencido y recuperara la ilusión por vivir, y por jugar. La llamada del Unicaja de Málaga, le ofreció la oportunidad de volver. La ciudad y los compañeros se volcaron con él y le ayudaron a recuperarse. Unos meses después, el alero parecía ser aquel jugador que entró arrasando en la ACB. A final de la presente temporada sus números ya eran los de un jugador de su nivel y sus actuaciones habían servido para que el seleccionador de su país, Rubén Magnano, volviera a depositar su confianza en él, justo antes de la cita olímpica de Atenas. En el aniversario del accidente de tráfico, Argentina se disputaba el título sudamerícano contra Brasil. Los albiazules ganaron y Herrman, fue elegido jugador del partido. La prensa de su país destacaba su rápida recuperación sin intuir que pocas horas después el destino le haría otra vez la misma jugada. Esta vez fue su padre el que murió, en un día marcado en negro en el calendario de Walter.