Decidió su retirada tras conseguir el oro en Atenas
10 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.La rusa Alina Kabaeva, una de las mejores gimnastas de todos los tiempos, anunció ayer su retirada de la competición, tras haber cubierto hace mes y medio el único hueco que presentaba su currículum , la consecución de un oro olímpico. Dos títulos mundiales y cinco europeos en categoría individual completan su historial, que también incluye innumerables triunfos y medallas en las disciplinas de equipos y por aparatos. Un positivo por dopaje en el año 2001, que le quitó otro campeonato mundial que había ganado en Madrid, es la única mancha de una carrera sobresaliente, que llevó a la gimnasia rítmica a nuevas cotas de popularidad gracias a las numerosas campañas publicitarias protagonizadas por esta gimnasta. Kabaeva nació en Tashkent en 1983, hija de un futbolista profesional que condujo a la familia por diferentes ciudades de Uzbekistán, Kazajistán y Rusia. Alina, aficionada a la gimnasia rítmica desde muy pequeña, pasó por sucesivas escuelas que la rechazaron por sus kilos de más. Hasta que, en 1994 en Moscú, cayó en manos de la prestigiosa preparadora Irina Viner. «La niña tenía las dos cualidades esenciales en la gimnasia: salto y flexibilidad. El resto podía conseguirse con una mejora en la alimentación, el estilo de vida y el entrenamiento», recuerda Viner. En los Juegos Olímpicos de Sídney cometió un único error, con el aro, que la condujo al tercer escalón del podio. Comenzó el siguiente ciclo con un único objetivo: hacerse con el oro en Atenas 2004. Pero la sanción por dopaje alteró sus planes. Sus entrenadores aseguran que durante la suspensión descuidó su preparación y sumó 16 kilos a los 45 que pesaba. Participó en varios desfiles de moda, trabajó como presentadora de televisión y como actriz en un western rodado en Japón y fue objeto preferente de la prensa del corazón por su presunto noviazgo con el joven empresario Yan Abrámov. El oro de Atenas fue su última gran conquista.