Campeona de Europa con la selección española cadete, a sus quince años la hija del ex jugador de la ACB Alberto Abalde acaba de debutar en la División de Honor
26 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Tamara Abalde nació en Ferrol el 6 de febrero de 1989. Por aquel entonces, el OAR aún estaba en la ACB y su padre, Alberto, ya era un triplista consumado. Poco después se retiraría, pero lo que aún no sabía es que la saga iba a continuar. Su hija ha debutado con 15 años en División de Honor con el primer equipo del VigoUrban. Todo un alarde de precocidad para una cadete que estudia 4º de ESO y mide 1, 87. El verano pasado, Tamara logró en Italia el Campeonato de Europa cadete bajo la dirección del ahora entrenador del Extrugasa de Vilagarcía, Carlos Colinas. Fue la segunda máxima anotadora del equipo español, que se impuso en la final a Serbia. Hasta el momento es la única componente de la nueva generación de oro que ha dado el salto a la élite. Inicios en Vigo Colinas dice de ella que «su madurez y poso en la pista la convierten en una jugadora muy hecha para su edad. Hace poco que ha salido a posiciones exteriores pero puede ser un gran alero. Físicamente es muy mejorable y está en el momento indicado para ello». Empezó a jugar con 8 años. Acababa de llegar a Vigo cuando su padre dejó el OAR. Le entrenó la ex céltica Ángeles Liboreiro y su propio padre en el San José de la Guía antes de saltar al Celta. Sus inicios, por altura, le llevaban a actuar de cuatro pero todo indica que pasará a una posición exterior. «Creo que mucho ya no voy a crecer. Me encanta jugar de alero pero me tienta lo de meterme en la zona. Por mi altura es una ventaja que sea rápida». Se sabe todavía muy joven y por eso no se da prisa. «Soy una niña. Aún no estoy formada como jugadora. El año pasado no podía imaginar que fuese a ir a la selección. Ahora veo que ganamos el oro en el Europeo y he debutado con el primer equipo del Celta. Todo quedaba muy lejos pero sin darte cuenta las cosas van pasando». Esta temporada compaginará el júnior y el sénior de autonómica, aunque se mantendrá entrenando con el primer equipo. En el futuro no descarta hacer las Américas como Valdemoro o Gasol. «Creo que mi generación puede dar jugadoras para la Liga profesional norteamericana. Llegado el momento me gustaría probarlo por uno o dos años, no más». Por ahora ha conseguido ser una de las mujeres más jóvenes en debutar en la élite. A su padre, Alberto, le costó algo más, ya que su estreno en la ACB se prudujo con el Clesa Ferrol el 13 de septiembre de 1986, cuando tenía 27 años. Alberto Abalde es de Vigo pero más allá del efímero proyecto del Porcelanas Santa Clara, que actuó en Primera B, siempre jugó fuera de su ciudad. Primero, en el Obradoiro, y después en el OAR donde estuvo en siete de las diez temporadas de los ferrolano en la ACB. Ahora ha visto como su hija pequeña le ha salido deportista y asegura que «al principio me daba igual pero ahora que la veo arriba me recuerda a mis tiempos como jugador». Entrenador Además de seguir a su hija, Alberto mata el gusanillo entrenando en la base y está inmerso en un proyecto que trata de devolverle a Vigo su espacio en el baloncesto masculino,. «Es contra natura que Ferrol haya tenido un equipo de ACB durante diez años y que A Coruña y Vigo no lo hayan tenido nunca. El papanatismo que existe con el fútbol tiene que terminar algún día, aunque no sé cuando». Su hija admite que nunca ha tenido mucho interés por ver jugar a su padre, ni tan siquiera en los vídeos que conserva. «Cualquier tiempo pasado fue peor», dice él. Los triples son ahora cosa de ella.