
La directiva no se la aceptó y lo confirmó en su puesto
12 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.La bochornosa tangana protagonizada el pasado sábado por las plantillas del Liceo Vodafone y el Salerno está trayendo consecuencias. Una vez más, el hockey sobre patines volvió a ocupar un espacio poco usual en los medios nacionales por un acontecimiento extradeportivo. En esta ocasión, las imágenes que se han pasado por diferentes televisiones autonómicas y la información que han recogido algunas cadenas de radio tuvieron al club coruñés como protagonista. El impactante vídeo de Carlos Gil con un stick en alto amenazando al delegado del conjunto italiano dio la vuela a España, algo que ha dejado tocado al entrenador verdiblanco. Tanto que ayer puso su cargo a disposición de la directiva. El técnico dialogó con Daniel Echeverría y le aseguró que entendía que lo mejor para el equipo era que él ya no viajara a Alcoy, en donde mañana disputará el Liceo un nuevo encuentro de Liga. Pero el directivo verdiblanco, en la actualidad el de mayor peso de la entidad, rechazó su dimisión y le pidió que se siente en el banquillo alicantino, en donde el Liceo se juega gran parte de sus posibilidades de disputar la Copa del Rey. «Entendemos que un hecho aislado como el sucedido el sábado no puede emborronar la trayectoria de Carlos Gil. Reprochamos lo sucedido, pero hay que entender todo lo que ha sufrido él con el Liceo por diferentes pistas», expresa Daniel Echevarría El conflicto del sábado se generó a falta de once segundos para el final, cuando el marcador regisgraba un 2-4 a favor de los italianos. Una confusión del cronometrador en la mesa derivó en una primera tangana entre varios jugadores que tuvo lugar en la pista. El árbitro la zanjó con varios expulsados -según el acta por acumulación de amarillas- y a la conclusión del choque la bronca se trasladó a los banquillos. Cascos por el aire, sticks impactando en el cuerpo de rivales, puñetazos... Una auténtica batalla campal protagonizada por ambas plantillas y que finalizó con el entrenador italiano y Milivinti en el hospital. Al jugador se le diagnosticó desviación del tabique nasal. «Empezó el delegado de ellos. Se ensañó con el cronometrador, al que casi agrede y, posteriormente, cuando Gil le fue a felicitar, lo empujó y lo tiró. Lo que hizo nuestro técnico, siendo reprochable, no fue más que defenderse. Lo de coger el stick fue un acto intuitivo. Él no agredió a nadie», expresa. Carlos Gil se negó ayer a hacer declaraciones remitiendo al directivo portavoz, quien insistió en que «está muy dolido por todo lo sucedido». Del mismo modo, Echevarría, aunque remitió a una futura reunión de la directiva, descartó que el club sancionara ni a sus jugadores ni a su técnico.