
El italiano llega libre y el argentino costó seis millones
24 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.El Barça dio por cerrado ayer el capítulo de fichajes de invierno, tan solicitados por Rijkaard para paliar las lesiones que ha sufrido el equipo en los primeros meses de temporada. Los escogidos son Demetrio Albertini y Maxi López, que serán presentados esta semana. A última hora de ayer, surgió un pequeño contratiempo en la negociación con Albertini. El Atalanta se negó a una cesión gratuita y exigió una cantidad compensatoria por la carta de libertad que, finalmente, abonará el propio futbolista. A pesar de todo, el centrocampista italiano firmó el acuerdo que le desvincula del Atalanta y llegará con la carta de libertad. Albertini, de 33 años, plasmará un contrato que le ligará al club catalán hasta final de temporada. Fue el propio Frank Rijkaard, amigo personal del jugador, con quien compartió algunos años en el Milan, el que convenció a Albertini para que cambiase Bérgamo por Barcelona. El técnico holandés valoraba la experiencia y capacidad táctica del ex centrocampista del Atlético de Madrid. La directiva presidida por Joan Laporta negoció primero con el jugador y con su representante, Giovanni Branchini, con los que alcanzaron un acuerdo a espaldas del Atalanta. Eso motivó el enfado de los directivos del club italiano, colista de la Serie A, que han demorado unos días la marcha del jugador, obligándole a disputar dos encuentros de la Liga italiana, el último el pasado domingo ante el Lecce. Mientras Albertini cerraba su pase al Barcelona, en Argentina Maxi López esperaba una llamada de River Plate para coger un vuelo hacia la Ciudad Condal. Esa conversación telefónica, que ratificaba el acuerdo entre los clubes, también se produjo ayer y, por ello, el delantero criollo con pasaporte italiano por vía materna estará mañana en la capital catalana. Maxi López, de veinte años, encaja en el prototipo de delantero deseado por Rijkaard. Su altura, 1,89 metros, y su buen físico, le permiten controlar el balón de espaldas a la portería y pelearse con las defensas rivales más fornidas. Segundos platos A pesar de todo, tanto Maxi como Albertini no eran los primeros de la lista. Tanto Rijkaard como la secretaría técnica azulgrana se vieron obligados a remover el mercado después de los experimentos fallidos de Tacchinardi y de Iaquinta al no llegar a un acuerdo con sus respectivos clubes. Ni la Juventus quería ceder a su centrocampista ni el Udinese vender a su delantero por la cantidad que ofrecía el Barça ni mucho menos aceptar una cesión. Ante tanto rechazo, Rijkaard tuvo que echar mano de la amistad para llamar a Albertini y Txiki Begiristain de su agenda para reactivar el interés por Maxi López. Finalmente, cuando falta menos de una semana para que se cierre el mercado de invierno, el Barça ha podido consumar el los fichajes de dos jugadores que servirán para engrosar el número de efectivos de una primera plantilla muy corta tras las graves lesiones sufridas por Motta, Gabri, Edmilson y Larsson.