Un gol de Trezeguet forzó la prórroga en la que Zalayeta decidió
09 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.El Real Madrid puso un penoso fin a su trayecto europeo al caer en la prórroga ante una Juventus que carece de fútbol pero tiene más fe, autoestima y seguridad en su estilo. Aunque no brille, sabe a lo que juega, está mejor preparada y arriba tiene jugadores excelentes como Ibrahimovic. Los blancos dieron la sensación de ser muy superiores, pero siempre jugaron con el freno de mano puesto, pensando más en mantener la exigua renta que en noquear a su adversario. Al final, recibieron un justo y merecido castigo a su falta de grandeza que deja tocado a Luxemburgo, a varios jugadores lesionados y a Ronaldo expulsado por pura desesperación. Si no fuera por la tensión latente, la emoción del resultado, la entidad de los contendientes, la trascendencia de la competición y la historia del escenario, el partido hubiera sido insoportable. Los dos salieron con gran respeto al rival y máxima cautela, más pendientes de no sufrir peligro en sus carnes que de inquietar al adversario, de no encajar que de anotar. Intentaron tenderle esa trampa a los blancos, regalándoles el balón para que se vinieran alegremente arriba y desguarnecieran su zaga, pero los madrileños tienen experiencia. Pueden estar fatal, pero todo sus jugadores están curtidos en mil batallas europeas y no son tan inocentes. Pero de ahí a no pisar apenas el área, media un abismo. Como no podían contraatacar y apenas disponen de fútbol en el centro del campo y en las bandas, máxime si la gran apuesta de Capello es situar a Pessotto como extremo izquierdo, el objetivo era el pelotazo frontal buscando a Ibrahimovic, un delantero de recursos aunque, a los cinco minutos, falló una ocasión clamorosa ante Casillas. El choque se animó en la reanudación, si bien nunca terminó de romperse. El Madrid salió del vestuario en plan mandón, dominador, con pinta de irse a por el partido. Pera esa ambición fue un espejismo que duró cinco minutos, exactamente lo que tardó un gran Ronaldo en recorrerse medio campo, entrar en el área y, ya extenuado, cruzar con la izquierda. Desvió Buffon lo justo para que el balón golpease en el palo por fuera. El brasileño se desesperó. Los de Luxemburgo se veían superiores, pero nunca se lo creyeron y permitieron a la Juve venirse arriba en el tramo final. Mejoraron los transalpinos con las incorporaciones de Tacchinardi y Trezeguet, quien equilibró la eliminatoria en la primera que tuvo, tras un despiste de la zaga hispana. Lo intentó entonces con más ahínco el Madrid, quien perdió a Zidane y Beckham cojeando y vio como Buffon salvó con una mano milagrosa un zapatazo de Roberto Carlos y a Ronaldo se le anuló un gol por claro fuera de juego antes de la prórroga. En ella, Zalayeta y Figo, éste en libro directo tras un rifirrafe entre Tacchinardi y Ronaldo que acabó con la expulsión de ambos, se repartieron buenas ocasiones. El que ya no perdonó fue Zalayeta, tras error de Raúl Bravo.