
«Pensamos que perdíamos el barco», reconoció el proa Pepe Ribes
02 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.«La pesadilla de un marino es hundirse y es lo que nos está pasando. Si tenemos ratas a bordo, es el momento para que abandonen el barco». Así describía el capitán Bouwe Bekking la dramática situación que vivió junto a la tripulación del Movistar durante la madrugada del jueves. El barco español estuvo a punto de hundirse después de sufrir una vía de agua cuando se encontraba a menos de 200 millas (380 kilómetros) del cabo de Hornos (Chile). El paso por este punto geográfico, el más temido por los navegantes en el extremo sur del planeta, es la única meta volante de la cuarta etapa de la Vuelta al Mundo, que partió de Wellington (Nueva Zelanda) rumbo a Río de Janeiro. El Movistar lanzó una llamada de socorro debido la rotura de la compuerta de sellado de la quilla, después de haber recorrido 542 millas en 24 horas, a una media de 22,6 nudos, lo que significa que hubiera superado en 12 millas la marca con la que había batido el récord del mundo el pasado abril. Gracias a ese alto ritmo marchaba en segunda posición, había superado al Piratas del Caribe y esprintaba en pos del líder, el ABN Amro 1 , del que lo separaban 41 millas. Tras unas horas angustiosas, la embarcación española se despidió de sus posibilidades de ganar la etapa y, probablemente, también de sus aspiraciones al triunfo final. Con la vía de agua controlada, el Movistar navegaba anoche a una velocidad de apenas 10 nudos rumbo al cabo de Hornos para pasar la meta volante, virar hacia el Norte y dirigirse al puerto argentino de Ushuaia, donde espera llegar hoy por la tarde, para evaluar los daños. La avería se produjo en el mismo portón que ya había sido reparado antes de la cuarta etapa y por el que el Movistar había sido penalizado en su salida desde Wellington. «Tras arriar las velas y asomarme al interior del barco sufrí un auténtico shock . Velas, sacos de dormir, bolsas de comida,... Todo estaba flotando, era una imagen indescriptible», relataba Bouwe Bekking, quien achacó que el suceso no hubiera tenido peores consecuencias a la rápida reacción de los diez tripulantes. El proa Pepe Ribes lo ratifica: «Pensamos que perdíamos el barco; si el agua hubiese subido diez centímetros más, lo hubiésemos perdido; cuando la bomba empezó a funcionar ya habíamos preparado el barco salvavidas para dejar el Movistar ». El gallego Pedro Campos, director del equipo, mantiene la esperanza sobre las posibilidades en la competición: «Lo principal es que el barco y la tripulación están a salvo; cuando estábamos a punto de cruzar la meta volante, navegando en segundo lugar, y acercándonos al primero, tenemos que volver a empezar; continuaremos luchando como el primer día». «Amro 1», líder El ABN Amro 1 ha cruzado la meta volante, por lo que sumó 3,5 puntos más y se distancia en la general con 38,5. Tras los holandeses, pasó el Piratas . El grupo perseguidor, que cierra el Movistar, está a más de 100 millas de distancia.