Por 3.500 euros, una empresa coruñesa ofrece todos los materiales mecánicos y logísticos para competir en cualquier campeonato automovilístico
05 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Correr un rally sin disponer de vehículo propio. Desplazarse al lugar de competición sin preocuparse del avión ni del hotel. Comenzar a correr sin preguntar el número de neumáticos ni de litros de gasolina que se dispone. En definitiva, centrarse única y exclusivamente en pilotar con toda la adrenalina de una competición oficial. Lo ha conseguido una sociedad de A Coruña, LDS, con la que ya han experimentado incluso clientes de caché, como los hermanos Vallejo. Los coruñeses Emilio Llames y Miguel Díaz, participantes en rallies, intentan ahora utilizar su experiencia para ofrecer un producto completo a pilotos aficionados. «Nuestro cliente tiene la oportunidad de preocuparse exclusivamente de correr, de igual manera que el piloto oficial de una marca, y olvidarse de otros problemas», comenta Miguel Díaz. Dos Fiat y un Mitsubishi Para ello disponen de dos Fiat Punto, configurables en versión de tierra y asfalto, así como en Grupo A o N, y un Mitsubishi Lancer Evo VIII, sin duda la pieza más cotizada. Además de la máquina, LDS se encarga de la inscripción en la prueba, los alojamientos, el coche para reconocimiento de tramos, el transporte del vehículo de competición, la verificación del coche y la retirada del parque cerrado, el cátering, la asistencia y el mantenimiento del coche entre carreras, y el departamento de prensa. El cliente se limita a pilotar. La tarifa de todos estos servicios ronda los 3.500 euros. Diego Vallejo, habitual encargado de las cuestiones logísticas por su condición de copiloto, reconoce que este sistema hace sentir a cada piloto «como si estuviera en un equipo oficial». «Nosotros probamos un Fiat de LDS en un rally de Ferrol y nos sentimos como en un equipo completamente profesional», añadió el copiloto lucense.