El entrenador gallego del Elche regala a sus jugadores más acertados botellas de vino con el escudo del club
01 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.?a mala uva de David Vidal es una leyenda urbana que se ha extendido a finales de la década de los noventa. Sus respuestas cortantes ante las cámaras, o sus impopulares medidas con los medios (en Murcia se declaró en «huelga de palabra» durante 40 días), han mantenido oculto durante años al verdadero Vidal, un entrenador comprensivo con el vestuario e incluso amigable con los periodistas aunque, eso sí, reacciona con poca fortuna cuando se siente acorralado. Pero también es excéntrico a la hora de incentivar a su plantilla. Esta semana recuperó una vieja costumbre: regalar botellas de vino a los jugadores más entonados de la última jornada de Liga. Así, tras la remontada del Elche al Las Palmas, el técnico gallego concedió dos botellas Paternina a Gastón Casas («una por cada gol») y otra al portero Caballero, como reconocimiento a su actuación. Si bien el líquido es lo más valioso, los jugadores también presumen de la etiqueta, ilustrada con el escudo del Elche y con la leyenda «Regalo de David Vidal para sus amigos de Elche». Vieja costumbre «Es una costumbre que tengo ya desde el Logroñés -explica el entrenador de perenne acento gallego-; lo hice en todos los equipos por los que pasé». Vidal confiesa que dispone, aproximadamente, de unas mil botellas anuales regaladas por Marcos Eguizábal, propietario de las bodegas Francoespañolas y ex presidente del Logroñés. «Me guarda los excedentes de reservas y es un gesto de la amistad que nos une», justifica el veterano entrenador, que ve interrumpida por momentos su conversación telefónica con La Voz por los piropos de la gente de Elche. -Gracias don David, con usted a muerte aunque nos vayamos a Segunda B. -No hombre no, ¡qué vamos a bajar, no me jodas! Después del reparto de las primeras botellas en el vestuario del Martínez Valero, la plantilla del Elche ha preguntado por más condiciones. ¿Un hat-trick equivale a tres botellas?, le preguntaron. El entrenador mejora la oferta: «Al que me haga tres goles le regalo tres cajas». Pese al estímulo etílico, David Vidal niega que los jugadores hagan mal uso de su ofrenda: «Podría ser que alguna vez llegaran un poco piripi a los entrenamientos, pero por el momento no me ha ocurrido». El técnico gallego también se adelanta a decir que no realiza este tipo de gestos por la búsqueda de popularidad: «Yo no quiero ser famoso, a mí no me interesa porque, de hecho, ya soy muy popular», señala antes de ser interrumpido por otro aficionado ilicitano.