El madrileño se proclamará vencedor tras el paseo triunfal por los Campos Elíseos. Salvó el maillot amarillo en la crono al mantener 23 segundos de ventaja sobre Cadel Evans en la general
29 jul 2007 . Actualizado a las 04:13 h.angulema | La recta final parecía interminable. Pero condujo hacia la gloria. Alberto Contador se levantó sobre su bicicleta, apretó los dientes y se agarró a un manojo de segundos, 23, que le salvaron del abismo del segundo puesto. Entonces no vio una carretera de Angulema. Vio París.
Cadel Evans rozó el amarillo. Pero el australiano siguió anclado al papel secundario que había ejercido durante toda la carrera. Fue el testigo más fuerte de la batalla entre el madrileño y Rasmussen, pero poco más. Levi Leipheimer, el ganador de la etapa, también tuvo que soñar con París al comprimir las diferencias de la general con cada pedalada. Finalmente, Contador acabó quinto en la etapa y es el ganador virtual de la carrera. Un poco de justicia poética en el Tour de los dramas.
Contador supo sufrir. Con 24 años, la vida ya se lo había enseñado en más de una ocasión. Lo pasó mal a mitad de la crono, cuando las cuentas decían que la remontada de Evans era factible. Pero entonces el corredor demostró que su director, Johan Bruyneel, tiene razón cuando insiste en que su pupilo sabe gestionar ventajas y desventajas. El ciclista madrileño soportó una presión gigantesca, con Lance Armstrong siguiéndole en el coche del Discovery y Evans y Leipheimer barriendo la carretera por delante. Pero cargó con el Tour sobre sus estrechos hombros. Y resistió.
Un margen muy estrecho
Salvo imprevistos, Contador se proclamará vencedor con el segundo margen más estrecho de toda la historia de la ronda francesa después de aquella victoria de LeMond sobre Fignon por 8 segundos, en el 89.
Leipheimer voló sobre Angulema. Firmó una media de 53,1 kilómetros por hora. En toda la Grande Boucle, sólo Lemond, David Millar y Armstrong han apretado más el cuentakilómetros en una crono individual larga. Pero el estadounidense no consiguió desbancar a Evans del segundo peldaño de un podio que estará más apretado que nunca. A Contador y Leipheimer, el primero y el tercer clasificado, sólo los separan 31 segundos.
«Ha sido el mejor Tour de mi vida y he estado realmente cerca del amarillo. Pero ha ganado Contador, eso es todo», señalaba Evans con resignación después de que el español cruzara la línea de meta.
Marcoussis-París
Queda el paseo desde Marcoussis hasta París. Suele ser un homenaje al líder. Y quedará para siempre la duda amarga de qué hubiera sucedido ayer si Michael Rasmussen no hubiera sido expulsado del Tour. La guerra habría sido otra. En todo caso, Contador habría estado en ella. Y estará en otras.