Nueve años después del caso Festina, el pelotón continúa bajo sospecha

DEPORTES

El último Tour evidenció que aún queda un largo recorrido en la guerra contra las sustancias prohibidas

19 ago 2007 . Actualizado a las 19:43 h.

redacción | Si el caso Festina supuso en 1998 la pérdida de la inocencia para la legión de aficionados al ciclismo, los últimos escándalos del Tour amenazan la ilusión de miles de personas por el deporte de las dos ruedas. Las polémicas alrededor de los tramposos tapan en los últimos tiempos los éxitos y la épica de un deporte tan bello como sacrificado. Los constantes casos de dopaje han convertido a los ganadores en sospechosos. Ahí está el danés Rasmussen, echando el pie a tierra cuando vestía de amarillo; o Vinokurov, aspirante pillado horas después de tocar la gloria de un triunfo de etapa. O la vergonzosa situación de Floyd Landis, quien alzó los brazos en París con ayuda de la testosterona y dejó sin ganador el Tour del 2006, negado de forma injusta al gallego Óscar Pereiro.

Arthur Lindon

El primer caso conocido, hace más de un siglo (1896)

Si no tan antiguo como la historia del deporte, el dopaje ha estado vinculado a él desde hace decenios. Al mismo tiempo que se desarrolló, evolucionaron las trampas. En 1896, Arthur Lindon se convirtió en la primera víctima del dopaje en la historia del deporte. Lo recoge Bernardo Marín, catedrático de Fisiología Humana y autor del libro Dopaje en el deporte. El británico remontó 20 minutos de desventaja respecto a su rival Riviere y ganó la clásica Burdeos-París. Poco después, moría víctima de la ingestión masiva de estimulante. Más tarde, fallecieron otros dos compañeros de equipo.

Knud Enemark

Las anfetaminas llegan a los Juegos de Roma (1960)

La tragedia se cebó con la cita olímpica de 1960. El ciclista danés Knud Enemark Jensen, a los 21 años, cayó poco antes de terminar la prueba de 100 kilómetros contrarreloj, e intentó continuar sobre la bicicleta. La posterior autopsia reveló la presencia en su cuerpo de anfetaminas. Eran las sustancias que circulaban en aquel entonces entre los tramposos. Un año después, también causaron la muerte del ciclista italiano Alessandro Fantini. Se fracturó el cráneo en la Vuelta a Alemania de 1961 y la cantidad de anfetaminas absorbidas impidió toda intervención.

Tom Simpson

Desplome camino de Mont Ventoux (1967)

El mítico Mont Ventoux agrandó su leyenda durante el Tour de Francia de 1967. El británico Tom Simpson, campeón el mundo dos años antes, cayó a dos kilómetros de la cima y falleció poco después. Bajo un calor asfixiante, y fatigado tras una etapa durísima, murió víctima de un cóctel de anfetaminas -otra vez- y alcohol. Ese mismo año, las anfetaminas también tumbaron al ciclista Roger De Wilde, quien cayó en carrera y se fracturó el cráneo.

Luc de Rijck

Una fatal administración intravenosa de oxígeno (1991)

Aunque en un caso apenas documentado, el ciclista belga Luc de Rijck falleció en 1991 durante una administración intravenosa de oxígeno, un precedente de las prácticas modernas de dopaje.

José Manuel Fuente

«Tarangu» reveló los métodos ya usados en los setenta (1993)

Doble ganador de la Vuelta a España, el ciclista asturiano contó en 1993 los métodos ya extendidos en el pasado en ciertos equipos. «Nos pinchábamos nosotros mismos. Llevábamos nuestro propio maletín», contó con valentía. Murió con el riñón muy dañado.

Willy Voet, Virenque, Zulle y Roussel

La detención del médico del Festina desencadena una larga polémica (1998)

Días antes del inicio del Tour de 1998, Willy Voet, médico del Festina, es arrestado en la frontera francesa por posesión de sustancias prohibidas, entre ellas la eritropoyetina (epo), que ya nunca dejó de estar de actualidad. El equipo fue excluido de la carrera y sus corredores confesaron haber consumido sustancias prohibidas. Su líder, el hasta entonces indomable Richard Virenque, fue suspendido nueve meses. El director deportivo, Bruno Roussel, y Voet fueron multados y condenados a prisión. «Creo que empieza una época diferente», aseguró Miguel Moreno, uno de los responsables del Festina. Pero en los titulares siguió presente la epo, una hormona que se comercializa desde 1985 y que estimula la producción de glóbulos rojos, con lo que aumenta la resistencia al ejercicio físico. En el 2002, Voet publicó un libro titulado Masacre en cadena, en el que relató con crudeza los métodos de dopaje y las trampas para burlar los controles.

Marco Pantani

El Pirata abandona el Giro por la puerta de atrás (1999)

«¿Tú también, Marco?», pensaron miles de seguidores del italiano, un ciclista diferente, espectacular, escalador indomable y vencedor del Giro y el Tour en 1998. Al año siguiente, en la penúltima jornada de la ronda italiana, un análisis detectó un 52% de hematíes en su sangre, cuando el límite de la UCI era del 50%. Fue expulsado cuando era líder tras ganar cuatro etapas. A partir de ahí, comenzó un declive personal que acabó con su muerte en febrero del año 2004 por sobredosis de cocaína durante una época de depresión.

Eugeni Berzin, Darío Frigo...

Italia, incapaz de sacudirse una losa (2000 y 2001)

El Giro se convirtió en fuente de conflictos. En el 2000, fue expulsado Eugeni Berzin, ganador de la edición de 1994, tras ofrecer un índice prohibido de hematocrito. Al año siguiente, tras una redada policial en San Remo, el Fasa Bartolo expulsó por dopaje a su líder, Darío Frigo, pese a que iba en el segundo puesto. No fue el único caso que salió a la luz en esa edición.

Stefano Garzelli

Positivo por Probenecid y larga suspensión (2002)

Ganador en el 2001, Garzelli fue expulsado del Giro del 2002 tras detectársele un diurético utilizado para enmascarar anabolizantes y otras sustancias. Sufrió nueve meses de castigo.

Roberto Sgambelluri y Faat Zakirov

Llega el NESP, una versión más avanzada de la EPO (2002)

La darbepoetina alfa (NESP) es una molécula análoga de la eritropoyetina humana recombinante (epo). Se detectó en el Giro del 2002 al italiano Sgambelluri y al ruso Zakirov.

Raimondas Rumsas

El coche cargado de la mujer de Rumsas (2002)

Edita Rumsas, la esposa del lituano Raimondas Rumsas, fue detenida en el 2002 con el coche cargado de sustancias prohibidas. Pasó 73 días en la cárcel por posesión de productos dopantes, pese a alegar que eran medicinas para su madre. Durante el Giro del año siguiente, el ciclista fue expulsado de su equipo, el Lampre, por un positivo por epo.

Tyler Hamilton

Descubierto por una transfusión sanguínea (2004)

El método se empezó a desarrollar en los setenta, pero el campeón olímpico contrarreloj, Tyler Hamilton, fue el primer ciclista al que se desenmascaró por esta práctica.

Roberto Heras

Un castigo le privó de su cuarta Vuelta (2005)

El ciclista salmantino fue sancionado por dos años por un positivo en la penúltima etapa de la ronda española del 2005. Al terminar el proceso, fue desposeído del triunfo, que pasó a manos del ruso Denis Menchov. Fue el segundo campeón de la Vuelta al que se le descubrió una trampa. Ángel Arroyo había perdido el título de 1982 por consumo de anfetaminas, y para la historia se considera campeón a Marino Lejarreta. En aquel entonces, la sanción para el corredor abulense fue de sólo diez minutos, mucho menos severa que los actuales castigos.

Operación Puerto

Una trama con conexiones en diferentes países (2006)

La Guardia Civil descubrió en mayo del 2006 una fabulosa red de dopaje con conexiones en varios equipos y países diferentes. Quedó señalado como el cerebro de la trama el doctor Eufemiano Fuentes. También fue detenido el director del equipo Liberty Seguros, Manolo Saiz. Durante los registros, los agentes descubrieron casi un centenar de bolsas de sangre congelada, y otras tantas de plasma, con claves de ciclistas y otros deportistas. La infraestructura incluía máquinas de congelación y centrifugado de sangre y grandes cantidades de anabolizantes, esteroides, hormonas de crecimiento y epo. Las investigaciones apuntaron a profesionales como Iván Basso, ganador del Giro del 2006 y uno de los que admitieron su culpa; Jan Ullrich, vencedor del Tour de 1997; el colombiano Santiago Botero, el estadounidense Tyler Hamilton y los españoles Óscar Sevilla, Francisco Mancebo y Joseba Beloki, entre más de medio centenar de ciclistas. El sumario de la operación Puerto fue archivado por un juez en marzo al no apreciar delito, pero la Fiscalía recurrió.

Floyd Landis

La testosterona, detrás del gran día del norteamericano (2006)

El Tour del 2006 vivió jornadas espectaculares. Landis, que había perdido en La Toussuire más de diez minutos respecto al ganador de la etapa, protagonizó al día siguiente una fuga de 130 kilómetros en solitario camino de Morzine. Era otro hombre. Días después de su coronación en París, se supo que había dado positivo por testosterona, un esteroide anabolizante, el día de su escapada en solitario. Óscar Pereiro aún espera a que se le proclame ganador del Tour.

Vinokurov y Rasmussen

Los últimos protagonistas de una historia sin fin (2007)

El último Tour volvió a dejar episodios polémicos. Tras una delicada caída en la quinta etapa, el kazajo Vinokurov protagonizó jornadas épicas. Había trampa. Días después se anunció su positivo por una transfusión de sangre homóloga durante la contrarreloj que ganó en Albi. Otro de los favoritos, el danés Michael Rasmussen, también fue apartado. En este caso fue su equipo, el Rabobank, el que le expulsó al descubrir las mentiras con las que había burlado dos controles antidopaje previos a la carrera. Todavía había más. El Tour finalizó con el positivo del italiano Cristian Moreni, del Cofidis, y posteriormente Iban Mayo (Saunier Duval).