El fallecimiento de Antonio Puerta debido a un fallo cardíaco durante un partido no es el primero de estas características en la historia del Sevilla, que ya sufrió un drama similar en 1973, cuando murió Pedro Berruezo en Pasarón.
Berruezo cayó fulminado por un infarto el 7 de enero de 1973 en el estadio de Pasarón, donde el Sevilla se enfrentaba al Pontevedra en partido de Segunda División.
Hay algunas similitudes más entre los tristes casos de Berruezo y Puerta como, por ejemplo, que ambos se desenvolvían por la banda izquierda o que los dos esperaban un hijo en el momento de su fallecimiento.
El vástago de Berruezo, también llamado Pedro, nacido pocos meses después de la muerte de su padre, es futbolista profesional y actualmente milita en las filas del Ceuta, del grupo IV de Segunda B.
Además, Berruezo ya había sufrido un episodio parecido en partido contra el Baracaldo y, pese a las pruebas que se le practicaron entonces, no se pudo descubrir su origen, por lo que los médicos le permitieron continuar con su carrera como futbolista.
Del mismo modo, Antonio Puerta se desmayó hace poco más de un año después de un amistoso disputado por el Sevilla en Badajoz y, al igual que a Berruezo, los doctores no acertaron a diagnosticarle la displasia arritmogénica del ventrículo derecho que ha terminado con su vida.
Pérez Alleres
Más suerte que Berruezo tuvo el árbitro gallego Pérez Alleres. En el 2004 sufrió un episodio parecido, pero, después de dos meses de hospitalización, consiguió ganarle la batalla a la muerte.
Al colegiado vigués le quedaron graves secuelas. Para él comenzó una nueva vida en la que sufre profundas lagunas de memoria.