En la semifinal de la Copa Cataluña del pasado miércoles entre el Barcelona y el Girona (3-2), un detalle sorprendió a los más atentos: un chaval de 16 años reprendió a Márquez, capitán de la selección mexicana, cuando el conjunto azulgrana se vio por debajo en el marcador. Su nombre, Thiago Alcántara, es el último descubrimiento de la cantera del Barça. Su talento le viene de familia, de su padre, Mazinho, ex jugador del Celta y campeón del mundo con Brasil en 1994.
La trayectoria de Thiago es aún breve, pero este mediapunta va camino de convertirse en un jugador de primer nivel. «El fútbol es para disfrutar. Y si hay que corregir a un compañero, se hace», explicó el joven al término del partido.
Nacido en Bari (Italia) el 11 de abril de 1991, cuando su padre militaba en el Lecce, Thiago pasó por el Flamengo brasileño antes de llegar a Vigo, donde jugó en el Ureca. «Le vimos jugar en los campos de hierba artificial de los alrededores de Vigo. Le querían varios equipos, el Valencia, el Madrid y, por supuesto, el Celta, pero llegó a la Masía y se adaptó muy bien», explica el gallego Quique Costas, coordinador del fútbol base del Barça.
Thiago debutó el pasado fin de semana en el filial azulgrana de Guardiola, mientras su hermano pequeño, Rafa, juega en el cadete. Cada fin de semana, Mazinho y su mujer se reparten los partidos de sus hijos para apoyarles desde la grada. «De momento, está claro que la estrella es su padre», aclara Costas.