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La UCI acelera los trámites para implantar el pasaporte sanguíneo

Colpisa

DEPORTES

26 dic 2007 . Actualizado a las 02:45 h.

La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha lanzado una carrera contrarreloj para implantar el pasaporte sanguíneo a casi 700 corredores desde el primer semestre del 2008, una medida que intenta frenar los frecuentes escándalos de dopaje en este deporte. La reunión de París, a finales de octubre, propició el acuerdo y fijó que el alumbramiento del pasaporte tendría lugar el 1 de enero del 2008 y que sería obligatorio para todos los corredores participantes en el Tour de Francia.

Más allá del pulso entre Pat McQuaid y Dick Pound, presidentes de la UCI y de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), enfrentados entre sí, los problemas llegaron por las diferencias de opinión sobre cuestiones como la función represiva del pasaporte, los parámetros sanguíneos a tener en cuenta, el número de muestras requeridas o la necesidad de un período de prueba. Tras dos meses de debate y dos reuniones del grupo de trabajo (nueve expertos de la UCI, de la AMA y del Ministerio francés de Salud, Juventud y Deportes), «casi hay consenso», según Anne Gripper, responsable de antidopaje de la UCI.

Antes del Tour de Francia, la UCI tiene previsto tomar y analizar 4.200 muestras sanguíneas (seis por cada uno de los 500 corredores del ProTour y de los 200 de equipos Continental Pro que pueden ser elegidos para el Tour), con lo que se superarán en unos meses las 3.700 que se tomaron en todo el 2007.

En los doce meses del 2008, los responsables de la UCI planean contar con doce muestras de cada corredor, lo que elevaría la cifra total de controles a 8.400. Para practicarlos en condiciones satisfactorias -controles sorpresa, fuera de competición, a horas estables (en torno a las siete de la mañana)-, la UCI deberá disponer de datos puntuales sobre la localización del ciclista y el empleo de su tiempo.

Problemas de información

Cuando quedan unos días para el nacimiento del nuevo sistema, Gripper reconoce que hay problemas para obtener informaciones de los 700 corredores, a pesar de la reciente adopción del programa ADAMS, impulsado por la AMA, y del aumento de efectivos del equipo antidopaje, que pasa de seis a once personas. El ADAMS, que reunirá datos de todas las organizaciones antidopaje nacionales, tendrá además como objetivo evitar irregularidades, como las que permitieron al danés Michael Rasmussen tomar la salida en el Tour del 2007 a pesar de haberse perdido varios controles.