El ciclista belga Kevin van Impe fue obligado a pasar el pasado miércoles un control antidopaje cuando se encontraba preparando los funerales de su hijo.
Según la prensa de Bélgica, el controlador enviado por la Comunidad flamenca no quiso escuchar a Van Impe y obligó al corredor del Quick Step a que pasase el control ante la posibilidad de ser sancionado si se negaba.
Cuando fue requerido para el análisis, Van Impe se encontraba en el crematorio de Lochristi solucionando cuestiones burocráticas relacionadas con el funeral de su hijo Jayden, que nació de manera prematura el lunes pasado y falleció seis horas después del alumbramiento. El entierro del bebé está programado para el próximo lunes.
«Hay que ser humanos»
Preguntado sobre este incidente, el ministro flamenco de Deportes, Bert Anciaux, declaró que pensaba en la instauración de ciertos límites legales que permitan gestionar mejor los controles antidopaje cuando el ciclista afronta una situación delicada. «La ley es la ley, pero hay que ser humanos», indicó Anciaux a una agencia de noticias de su país. «Puedo comprender muy bien que el corredor, en el momento en el que fue solicitado para el control, tuviese otras cosas en la cabeza», señaló.