Tarde o temprano tenía que llegar. Era cuestión de tiempo. La pole de Bahréin fue el primer aviso. Su podio en aquel desierto reforzó la creencia de que Jorge Lorenzo despreciaba el año de transición. Y luego tercero en Jerez, donde también fue el más rápido en los entrenamientos. Era cuestión de tiempo. Y Jorge paró el reloj en Portugal. Estoril quedará para la historia del motociclismo como el escenario de honor en el que el piloto de sangre gallega se aupaba al Olimpo de las dos ruedas. Estoril, localidad atlántica próxima a Lisboa conquistada por Jorge Lorenzo a lomos de una Yamaha de ensueño.
Si hay algún pero en los méritos de Giorgio es su defensa de la pole position. Ayer tampoco fue capaz de mantener el primer puesto inicial, pero sí enseñó la moto a quien le quería relegar al tercer puesto. Tras varios adelantamientos con los corazones sobrerrevolucionados, Rossi se puso a liderar el grupo, seguido por Lorenzo y Pedrosa.
El italiano intentó acumular rentas de las que poder vivir en las últimas vueltas, cuando preveía que sus neumáticos Bridgestone reducirían el ritmo. Pero Lorenzo, acosado por Pedrosa, no le cedió más de medio segundo. Fue el catalán el que intentaba, una y otra vez, apurar la frenada al final de la recta principal para superar al mallorquín, pero Lorenzo y las entradas en curva tienen una relación de simbiosis que hicieron inútil los esfuerzos del piloto de Honda. Al menos hasta la décima vuelta. Pedrosa arrinconó entonces a Jorge en los metros finales y se puso a perseguir a Valentino aunque no por mucho tiempo. En el giro siguiente, el español de Yamaha recuperó su puesto en el lugar donde lo había perdido y, lanzado, se vio con fuerzas para dar el hachazo definitivo. Nadie frena como Valentino, por eso intentar superarle al final de recta resultaba especialmente complicado. Pero Jorge, protagonista de adelantamientos suicidas en 125 y 250 c.c., se inventó una puerta en la chicane de Estoril. Cuando nadie lo esperaba, cuando hasta el propio Rossi pilotaba con relativa tranquilidad, Lorenzo se coló rozando incluso la rodilla del italiano, a quien se le vio un gesto de sorpresa.
Lorenzo abrió gas hacia la gloria. Pedrosa, otro joven hambriento, se deshizo fácilmente del veterano heptacampeón e intentó seguir la estela del mallorquín. Exprimió la Honda pero Lorenzo se iba. Pronto la distancia entre ambos era de un segundo. Quedaban muchas vueltas, pero las décimas seguían cayendo en favor de Jorge, el debutante.
Stoner sufre
Por detrás, Dovizioso sufría un accidente que le impedía repetir la gesta de Bahréin (superar a Rossi con una Honda no oficial). Igual suerte corrió Nicky Hayden. Por su parte, Casey Stoner, se reponía en las vueltas finales para entrar en sexto lugar. Pero eso ocurrió casi medio minuto después de que Lorenzo cruzase primero la línea de meta, martilleando con unos brazos que tendrán que pasar por el quirófano. Después de ser el más raudo rodando (vuelta rápida incluida), ralentizó como nadie la vuelta de honor. Clavó su bandera de Lorenzo's Land y agradeció el apoyo del público.
Ante las cámaras de TVE tardó un mundo en responder a la primera pregunta. Estaba ido. Borracho de alegría. Pero ni el estado de gracia le ayudó a resolver sus diferencias con Pedrosa en el antepalco del podio. Allí sacó de nuevo la mirada del tigre. Jorge es el líder del Mundial con los mismos puntos que Dani. Rossi ya no aguanta el ritmo de la nueva hornada.