Amenaza con retirar la credencial olímpica a quienes rompan la norma, y anuncia un seguimiento exhaustivo
02 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Apagón informativo. Nada de contar las experiencias en la Villa Olímpica ni de los Juegos Olímpicos en los blogs y páginas personales de los deportistas, ni en sus cada vez más habituales colaboraciones en prensa con columnas y artículos de opinión. Es la prohibición del Comité Olímpico Internacional para Pekín que cada federación en España, a instancias del COE, ha puesto en conocimiento de sus deportistas convocados para los Juegos y que tienen la obligación de cumplir a rajatabla bajo la amenaza de perder la acreditación olímpica, lo que significaría en la práctica quedarse sin competir y sin beca para los próximos cuatro años. Se anuncia además un seguimiento exhaustivo, con el riesgo añadido de la censura que los chinos podrían hacer en Internet.
El texto remitido en los últimos días a la delegación española que tomará parte en la cita china dice de un modo textual, aunque con matices en función de cada federación, que «el Comité Olímpico Español ha informado de que está expresamente prohibido, por normas COI, que los atletas u oficiales realicen artículos para prensa escrita o páginas web, o hagan un blog donde comenten sus impresiones sobre los Juegos durante su período de estancia en la Villa Olímpica. Informa de que se va a controlar este tema con especial hincapié, pudiéndose llegar a retirar la acreditación. Se solicita a todas las personas del equipo que no ejerzan estas actividades no permitidas».
La disculpa trata de dejar al margen la censura del Gobierno chino y alude esta prohibición a un deseo expreso de los medios de comunicación por presunto intrusismo en la profesión de los deportistas, una disculpa del todo peregrina teniendo en cuenta que los artículos de opinión de los protagonistas se han convertido en norma en los últimos años, algo que además se ha fomentado desde los propios medios.
La amenaza atañe a todos sin excepción, incluidas las grandes figuras. Por ejemplo, a la selección española de baloncesto con hombres como Pau Gasol, habituados a hacer colaboraciones periódicas en la prensa escrita y que de repente han desaparecido del mapa. Lo mismo sucede con las estrellas de la NBA. Idéntica situación se repite con otros atletas de primer nivel que en otras citas olímpicas habían contados sus experiencias en determinados medios.
Pero curiosamente casi todos los protagonistas, federaciones incluidas, han optado por el silencio con respecto a la norma. Se habla de indicaciones estrictas del COI y de la obligación de los todos los participantes en los Juegos de aceptar y firmar la Carta Olímpica. En medio de este silencio, un somero repaso por las páginas personales de los principales deportistas españoles confirma que todos han pasado de puntillas.
El desafío de David Gómez
El único que se ha atrevido a romper esa norma ha sido el último gallego en clasificarse, el decatleta vigués David Gómez, que había anunciado el pasado lunes en su página que informaría todos los días de su experiencia en Pekín y que ayer mostró también en Internet su frontal oposición a la decisión. «Nos informaron que no podíamos escribir de los Juegos ni en los blogs ni en periódicos; en un principio pensé en la censura china pero después me dicen que es un tema de los medios». Lo dice alguien que cuatro años atrás contó al mundo sus experiencias en Atenas sin ningún tipo de cortapisas, algo que no podrá hacer ahora bajo el riesgo de quedarse sin acreditación olímpica. Por eso critica la postura antes de viajar el próximo día 6 a China «porque la nota que nos enviaron pone que no se pueden hacer artículos durante la estancia en la Villa Olímpica, y yo de momento estoy en Vigo», por lo que descarta cualquier tipo de represalia.
Otros miembros de la delegación gallega confirmaron que habían recibido la misiva a principios de esta semana. «Esto es el colmo», comentaban, mientras recordaban que la censura en Internet podía afectar incluso a los correos personales. Tan solo podrán conceder entrevistas, nada más.