El Mallorca tuvo que abandonar su avión justo antes del despegue por un fallo en la válvula de una puerta
DEPORTES
El Mallorca llegará al partido con la tensión por las nubes. A lo largo de la semana se han sucedido episodios incómodos en diferentes escenarios, desde los despachos hasta el campo de entrenamiento. Ayer, fue en el avión que debía trasladar al equipo desde el aeropuerto de Palma al de Santiago de Compostela. La plantilla bermellona y el resto de los pasajeros tuvieron que ser desalojados en el último momento antes del despegue del aparato debido a una avería en una de las válvulas de una puerta.
De esta manera, el vuelo que debía haberse realizado poco antes de las tres de la tarde, comenzó con dos horas de retraso. El equipo embarcó con toda normalidad y, después de cuarenta y cinco minutos de espera sin explicación alguna dentro del avión, la tripulación confirmó que existía un fallo en una de las válvulas de una puerta. Tras sopesar la posibilidad de cambiar de aparato, los mecánicos arreglaron la avería y el pasaje pudo volver a subirse al avión.
Algunos pasajeros, entre los que no se encontraba nadie de la expedición mallorquinista, eran reacios a volver a la aeronave, aunque otros se lo tomaron con buen humor.
Polémico entrenamiento
Anteayer, la polémica visitó el campo de trabajo del Mallorca y la sesión de entrenamiento que estaba dirigiendo Gregorio Manzano se vio alterada por la presencia de unos peñistas del Athletic Club de Bilbao, que se desplazaron hasta la ciudad deportiva para desplegar una pancarta de apoyo a Aritz Aduriz, ex jugador rojiblanco. La peña bilbaína de Calviá escribió en una tela gigante «Macua presidente, Aduriz beti leioaik (siempre león), sort Mallorca», algo que fue interpretado negativamente por el club balear. El propio entrenador Gregorio Manzano detuvo el entrenamiento y pidió la retirada de la pancarta.
Traspasos oscuros
Era la misma semana en la que trascendió que las salidas de Dani Güiza (al Fenerbahçe) y Borja Valero (al West Bromwich Albion) no se produjeron previo pago de la cláusula de rescisión en la Liga de Fútbol Profesional, según publicaba la prensa local. Esto contradecía los argumentos de la directiva del club isleño, que pretendía evitar así el enfado de su afición por la venta de dos de sus jugadores más importantes. La grada ya había dedicado al palco una sonora pitada por ambas operaciones mercantiles.
Todo ello, en el medio de una lucha de poder por hacerse con la presidencia del club una vez que se consume la venta de la entidad, algo que tampoco parece nada claro porque ninguno de los pretendientes consuma sus intenciones.
De hecho, la polémica por la ocupación presente y futura del palco mallorquinista llegó incluso a las conferencias de prensa de Gregorio Manzano, que intenta mantenerse al margen aduciendo que su labor es dirigir deportivamente al equipo.