Lo que muchos sospechaban ahora es un hecho. El velocista Tim Montgomery, ex plusmarquista mundial de los 100 metros, admitió que se dopó antes de los Juegos Olímpicos de Sídney, en el 2000, agrandando así el capítulo más oscuro del atletismo estadounidense, que podría perder una nueva medalla.
La confesión del atleta de 33 años llegó en una entrevista que será emitida mañana por la cadena estadounidense HBO. «Gané una medalla de oro que no conseguí por mis propios méritos», dijo el deportista, que junto a Jon Drummond, Bernard Williams, Brian Lewis, Maurice Greene y Kenneth Brokenburr conquistó el título olímpico en los relevos 4x100 metros en Sídney. Montgomery consumió antes de los Juegos testosterona y la hormona de crecimiento humano (HGH) hasta cuatro veces por mes.
«Si Montgomery hizo trampa, debería devolver la medalla de forma voluntaria, como hicieron otros miembros de la expedición estadounidense en Sídney», exigió el portavoz del Comité Olímpico de Estados Unidos, Darryl Seibel.
Otra medalla en el aire
El equipo americano podría perder su tercera medalla olímpica en relevos. El Comité Olímpico Internacional (COI) ya les retiró el oro en los 4x400 metros masculinos y el bronce de los 4x100 femeninos por las confesiones de dopaje de Antonio Pettigrew y de Marion Jones.
Pero el COI tiene un plazo de ocho años para pedir la devolución de medallas y anular resultados. Las declaraciones de Montgomery se realizaron más de ocho años después de los Juegos del 2000. «Este es un ejemplo de lo serias que pueden ser las consecuencias por engaño», enfatizó Seibel.
«Yo no estoy aquí para quitarle algo a los demás que sí se han ganado. Yo hablo por mí mismo, y me quiero disculpar ante los demás miembros del equipo de relevos», dijo Montgomery.