Con Sergio no hay fallo

R. Ventureira? / ?P.?J. Barreiros

DEPORTES

El catalán ha anotado los siete penaltis que ha tirado en Primera. Desde Bebeto, el Dépor no contaba con un lanzador tan efectivo desde los once metros

06 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En un ejercicio de fútbol-ficción podríamos decir que el Deportivo tendría ahora dos títulos de Liga en sus vitrinas si Sergio González Soriano llega a ser jugador blanquiazul el 14 de mayo de 1994. En aquella funesta jornada, el Dépor se quedó a once metros de la Liga, Djukic mediante. Enfrente, precisamente, un individuo apellidado González, el que festejó puño en alto que la Liga se iba a Barcelona y la prima a Valencia.

La pasmosa tranquilidad de Sergio a la hora de acercarse al punto de penalti contrasta con la ya legendaria aspiración/expulsión de aire de Djukic el día de autos. Es cierto que el mediocentro catalán no ha tirado una pena máxima que valiese un título, pero sí varios básicos para alejar al Deportivo del descenso, como los que transformó la pasada temporada.

Su técnica de ejecución es muy definida, pero no hay arquero que lo haya frustrado. Toma la pelota y la besa, una manía que le da suerte. Arranca raudo y se frena justo antes de golpear el balón, emulando así a Pelé, que fue el que popularizó esta suerte conocida como paradinha. Su intención es «crear un instante de duda en el portero». Lo consigue. Siete penaltis lanzados en Primera, siete transformados. Además de su talento, cuenta la ayuda externa: trabaja la suerte en los entrenamientos con los porteros y el entrenador de guardametas del Deportivo le pasa datos sobre las características de los arqueros de la categoría.

En el Espanyol no lanzó ninguno en Liga: los especialistas eran Galca, del que tomó recortes, y Roger. En el Dépor tuvo por delante a Djalma, Donato, Makaay y Tristán, entre otros, así que, como en el Espanyol, solo lanzaba en tandas de penaltis.

Pero la cosa cambió en la segunda temporada de Joaquín Caparrós, tras el adiós del delantero de La Algaba. En el primer encuentro de Liga de la temporada 2006-2007, el Zaragoza visitaba Riazor. Con 1-1, el colegiado señaló penalti: por veteranía, Sergio asumió la responsabilidad. César adivinó su intención y a punto estuvo de parárselo. Los coruñeses vencieron por 3-2.

La temporada pasada transformó penas máximas decisivas. Con una dio un triunfo crucial en Levante (0-1) en el minuto 84 de la jornada 17. Dos después, adelantó al Dépor en Villarreal, pero los locales acabaron ganando por 4-3. Ya en la jornada 32, anotó el 2-0 contra el Athletic (3-0). En la siguiente, firmó desde los once metros el único tanto del Osasuna-Dépor. El gol se lo dedicó a la afición deportivista desplazada a El Sadar, al igual que hizo el pasado domingo en Getafe.

Esta temporada, ha tirado los dos que le han pitado al equipo mientras él estaba en el campo: contra el Recre (4-1), el que supuso el 2-0 y que tuvo que lanzar dos veces; y el domingo el del triunfo en Getafe. Verdú ha tenido un acierto y un error, y Omar Bravo ejecutó uno que cometieron sobre él.

Grandes lanzadores

Por espectaculares, los números de Sergio obligan a mirar el retrovisor histórico. Y encontramos a Bebeto, que era efectivo, aunque los tiraba flojos y el portero casi siempre le adivinaba el lado: en Liga lanzó ocho y no falló ninguno, pero sí erró en Copa del Rey y en la UEFA, por eso evitó lanzar el famoso penalti que le correspondió a Djukic. Desde el ascenso, y contando únicamente la Liga, solo Rivaldo (tres de tres) presenta una estadística inmaculada como la de Sergio y Bebeto.

Donato era altamente fiable desde los once metros, pero no infalible, pues falló dos de los 15 que tiró en el campeonato doméstico. Djalminha tenía muchos recursos (el más socorrido el lanzamiento a lo Panenka) pero se cuentan hasta tres errores en sus trece penas máximas ligueras.

Tristán, uno de los profesores de Sergio a la hora de ejecutar penaltis, tuvo un alto porcentaje de aciertos ligueros (15 de 17) como deportivista, pero por ahora el alumno supera su efectividad. «Penalti-gol es gol», se dice en el fútbol de calle. «Penalti-Sergio es gol», rumia desde el 2006 la afición deportivista.