Terminado el polémico choque entre el Real Madrid y el Osasuna, el colegiado Pérez Burrull denunció en el acta y comunicó al delegado de campo y al coordinador de seguridad los actos «fascistas» protagonizados por los radicales del equipo merengue en el Bernabéu. El árbitro cántabro observó la presencia en uno de los fondos de «banderas y telas con simbología ultra» y escuchó, además, «cánticos» que hacían alusión a la «cámara de gas» y pedían «muerte a Osasuna». Unos hechos que, seguramente, serán sancionados con sendas multas por parte de la Comisión Antiviolencia y el Comité de Competición de la Federación Española.
En lo referente a las dos amarillas mostradas a Juanfran, el colegiado explica que la primera fue por protestar, «de forma ostensible», y solicitar penalti tras dejarse caer en el área contraria, y la segunda también por tirarse y pedir penalti, tras disputar un balón con un contrario. Un relato que no convenció a los osasunistas, quienes, con el propio Juanfran a la cabeza, aseguraron en la zona mixta que el árbitro señaló la segunda pena máxima pero se echó atrás a instancias de un asistente.
Camacho, tranquilo
El técnico visitante, José Antonio Camacho, se mostró bastante tranquilo, evitó hablar de robo o atraco pese a las insistentes preguntas en este sentido y, simplemente, dejó claro que vio a Pérez Burrull pitar penalti y luego rectificar.
El madridista Pepe, protagonista directo de esa segunda jugada, eludió la zona mixta y Juande no habló del árbitro. Adujo que los banquillos están lejos y desde ahí esas acciones no se ven bien.