Rafa Nadal es un valor seguro en tiempos de crisis. No sufre al albur de fluctuaciones, de caídas y rebotes descontrolados. Sale, cumple, gana y a descansar. Una rutina ejemplar. Ayer, en Miami, fue partícipe de la fiesta española al lograr su clasificación para la tercera ronda del Masters 1000 y sumar su triunfo a los conseguidos el sábado por David Ferrer, Fernando Verdasco y Feliciano López en una jornada que presenció la despedida de Nalbandián.
El número uno del mundo apenas necesitó 82 minutos para imponerse al ruso Teimuraz Gabashvili, por un incontestable 6-2 y 6-2. «Estoy muy contento. Creo que Gabashvili no jugó un mal partido», declaró Nadal, como si tal cosa, al término de su entrenamiento. «Este es un torneo importante, disputé dos finales y nunca gané, así que me encantaría vencer», agregó. Cayó en los partidos decisivos de 2005 y 2008, pero ahora está dispuesto a seguir con éxito su gira estadounidense y sellar el que sería su decimocuarto título en los Masters Series, ahora Masters 1000. Su próximo adversario no debería presentarle grandes dificultades. Será el portugués Federico Gil, verdugo del croata Ivo Karlovic.
Albert Montañés no tuvo tanta suerte. A causa de unas molestias en el tendón rotuliano, abandonó en el segundo set de su partido contra el germano Bjorn Phau, sustituto a su vez del francés Richard Gasquet por lesión en el hombro. El tenista alemán iba ganando por 6-4 y 2-0 cuando el catalán de Sant Carles de la Rápita tiró la toalla.
El sábado, tres españoles abrieron la estela de Nadal. Fernando Verdasco, octavo favorito, sigue progresando adecuadamente y ganó porque es mucho mejor que el alemán Benjamín Becker y supo manejar el partido con solvencia desde el fondo de la pista. Su resto resultó demoledor. Gracias a ese golpe, uno de los destacados en el circuito, consiguió cinco rupturas de saque que le llevaron a un rotundo 6-3, 6-4.
Verdasco se medirá en tercera ronda a su amigo Feliciano López, que superó en el duelo de cañoneros a Sam Querrey por 6-7 (5), 7-5 y 6-2.
El alicantino David Ferrer, undécimo favorito, tuvo que esforzarse para desembarazarse (6-3, 3-6 y 6-2) del estadounidense John Isner, un gigante de 2,06 que revienta la bola en cada saque. Muy firme con su servicio y autor de 16 'aces', el americano complicó a Ferrer con su envergadura y tenis agresivo. Ahora, el español se enfrentará al croata Marin Cilic.