El Panathinaikos conquistó ayer su quinta Euroliga al vencer por 73-71 al CSKA Moscú en un partido que tuvo un final dramático después de que los griegos dominaran los primeros dos cuartos. El serbio Zeljko Obradovic se convirtió así en el técnico más laureado del baloncesto europeo, con siete títulos en la máxima competición continental.
El Panathinaikos impuso su estilo en el primer cuarto. Defensa agresiva y pegajosa. El CSKA trató de escapar a la situación haciendo circular la pelota, llevado de la mano de Holden, pero los errores se fueron sucediendo. Los griegos ganaron por 21-16 el primer cuarto y al final del segundo habían aumentado incluso su ventaja a 48-28. El CSKA parecía maniatado por la defensa en zona de su rival.
Al término del segundo cuarto, Siskauskas, que había sido una garantía de efectividad ante el Barça, apenas había aparecido en el partido. Solo había marcado dos puntos y el promedio de efectividad en sus lanzamientos era lamentable.
Tras el descanso, se notó la mano del entrenador del CSKA, Ettore Messina. El CSKA le restó revoluciones al partido. Al final del tercer cuarto, la ventaja de los griegos era de diez puntos (56-46). En esas circunstancias, era de esperar que hubiera dramatismo en el último cuarto. Faltando 40 segundos, la diferencia se había reducido a cuatro puntos y los rusos tenían dos lanzamientos libres. Los fallaron. Pero luego vino un triple de Siskauskas que puso el marcador 70-69. Una falta del CSKA y dos lanzamientos libres convertidos por Diamantidis hicieron que el partido, a falta de 10 segundos, estuviera con tres puntos de ventaja para los griegos y el balón en poder ruso. Le hicieron falta a Siskauskas y el lituano convirtió sus dos puntos. Faltaban 8,5 segundos y la diferencia era de un punto.
Jasikevicius aumentó la diferencia a dos, al anotar uno de sus dos tiros libres y fallar el otro dejando, la pelota en poder del CSKA a falta de 5,8 segundos. Siskauskas estuvo, en el último instante, en posición de lanzar para lograr tres puntos mágicos. Pero su lanzamiento rebotó contra el aro y el CSKA cedió el cetro continental.
El Barça tuvo que conformarse con el tercer puesto al vencer al Olympiakos (79-95).