Ivo Karlovic mide 208 centímetros, cuenta con unos brazos interminables y un tenis completo. Sobre su atalaya, envía cañonazos espectaculares. El croata batió ayer un nuevo récord de aces -servicios que el rival no llega ni a tocar- en un partido. Hasta 55 consiguió frente a Lleyton Hewitt. Se ganó un lugar en la historia de las estadísticas del tenis, pero no consiguió derrotar al aguerrido jugador australiano, que remontó dos sets en contra hasta vencer por 6-7 (1), 6-7 (4), 7-6 (4), 6-4 y 6-3.
Hasta ayer, lucía la mejor marca de aces el sueco Joachim Johansson, con 51 en un partido que también perdió en la primera ronda de Wimbledon en el 2005. Karlovic tiene el mérito de establecer la nueva marca de 55 en tierra batida, la superficie más lenta, donde el servicio hace menos daño. En polvo de ladrillo, la anterior marca la tenía Andy Roddick, que consiguió hasta 37 saques directos en un partido frente a Michael Chang en Roland Garros en el 2001.
Karlovic domina casi todas las clasificaciones relacionadas con el servicio dentro del circuito. La de aces , la del porcentaje de juegos ganados con su saque o la de puntos que se anota cuando conecta el primero.
Campeón en tres superficies
Número 28 del ránking de la ATP, no solo del saque vive Karlovic, quien ha ganado torneos en todas las superficies: se impuso en la tierra de Houston y el cemento de Estocolmo en el 2007 y en la hierba de Nottingham durante los dos últimos años.
El mérito de Hewitt, que llegó a ser el número uno mundial en el 2001, batallador, capaz de agarrarse a la pista y resistir a un bombardeo como el de Karlovic, también resulta asombroso. 55 aces suponen casi dos sets completos, aunque en este caso se repartieron durante las tres horas y 56 minutos de partido. Fue además, el primer triunfo del australiano sobre el croata.
28 centímetros más bajo que Karlovic, Hewitt ya remontó dos sets en contra hace un par de años, cuando le dio la vuela al partido frente a Gastón Gaudio. Recién operado de la cadera, ahora ocupa el número 50 del mundo, después de que algunos de los principales torneos le negasen este año una invitación.