Polémica por la prohibición del «pinganillo» en dos etapas

Afp

DEPORTES

12 jul 2009 . Actualizado a las 23:15 h.

Con el impulso del equipo Astana, quince de las veinte formaciones del Tour de Francia se han unido para pedir a los organizadores que den marcha atrás en la prohibición de usar la comunicación por radio los días 14 y 17 de julio.

En un intento de hacer que los corredores sean más espontáneos y buscando un mayor espectáculo, la dirección del Tour logró que las autoridades deportivas autorizaran fijar dos etapas sin auriculares y sin que los ciclistas puedan comunicarse a distancia con los coches de sus equipos.

Las fechas elegidas para esa prueba fueron el 14 de julio (10ª etapa, Limoges-Issoudun) y el 17 (13ª etapa, Vittel-Colmar). A pesar del fuerte rechazo en el pelotón, algunos ven ventajas, como Jean-René Bernaudeau, director del Bouygues Telecom, que no firmó la petición, como tampoco hicieron Agritubel, Française des Jeux, Garmin y Skil. «Los auriculares penalizan a los corredores inteligentes. Sin radio, veremos el auténtico valor de un equipo, ya no veremos a un patrón jugar a la Play Station con sus ciclistas desde un coche», comentó.

Desde antes del inicio del Tour, el sábado 4 en Mónaco, varios directores deportivos mostraron su oposición a la iniciativa, subrayando que podría haber problemas de seguridad. El sábado en Saint-Girons, el belga Johan Bruyneel, responsable del Astana, volvió a la carga. «Nos hemos puesto de acuerdo con la mayoría de equipos para decir que estamos en contra de estos dos días sin comunicación por radio», indicó Bruyneel, una de las figuras mediáticas más importantes del actual Tour.

«El Tour es demasiado grande. Está lleno de coches de invitados, de motos, de fotógrafos. Es completamente injustificable e inaceptable que, en el evento más grande del año, se haga de repente una prueba para ver qué pasa», añadió. Uno de sus corredores, el estadounidense Lance Armstrong, apoyó sus palabras.

«La carrera evoluciona y la tecnología también (...) De golpe (los organizadores del Tour) nos devuelven a una situación en la que los directores deportivos tienen que ir en coche con el pelotón para darnos consignas. No es algo bueno», dijo el tercer clasificado de la general.

Por su parte, el danés Bjarne Riis, responsable del Saxo Bank, ya había dejado clara su opinión hace poco más de una semana en Mónaco. «Nuestros patrocinadores pagan mucho para ganar el Tour de Francia. Sería inaceptable que un líder perdiera el Tour por un pinchazo porque no se haya podido avisar a tiempo a su coche de asistencia», señaló.

También firme en su rechazo estuvo Julien Jurdie, director general del AG2R: «En 2009, la bicicleta sería (si se realiza finalmente la prueba) el único deporte en el que se prohíbe a un entrenador dirigir a sus deportistas. Es como si a un entrenador de fútbol se le obliga a quedarse en el vestuario».

El director del Tour, Christian Prudhomme, recordó que la Unión Ciclista Internacional (UCI) decidió el 19 de junio dar su autorización para esta experiencia. El dirigente de la Grande Boucle se mostró «sorprendido» por el tardío rechazo de las formaciones, a apenas unos días de la décima etapa.