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Un ganador con el viento en contra

DEPORTES

Contador pudo con una enfermedad grave, dos vetos en el Tour y Lance Armstrong

27 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un ganador cuesta arriba. Un vencedor con el viento en contra. Alberto Contador. Su madre aseguraba ayer que el campeón del Tour 2009 «ganó solo, sin equipo». El propio Astana y Lance Armstrong han sido los últimos desafíos de Contador. Y, de nuevo, ha salido victorioso.

Al igual que el estadounidense, el madrileño resucitó. Levántate y anda... en bicicleta. Armstrong superó un cáncer y Contador tuvo que hacer un dramático paréntesis en su carrera debido a un cavernoma cerebral. Luce una cicatriz en la cabeza a modo de diadema. Un recuerdo del quirófano.

Pero después se encontró con un camino más tortuoso que el que siguió el heptacampeón del Tour. Porque Contador ha ganado a contracorriente. En el 2006 el huracán de la operación Puerto lo arrojó fuera de la ronda francesa. Tuvo que remitir una carta a la Unión Ciclista Internacional para defender su inocencia. Y su Tour del 2007 casi fue una victoria furtiva. Heredó el maillot amarillo de Michael Rasmussen después de que el danés fuera expulsado del Rabobank y de la grande boucle . Curiosamente, ayer sonó por error el himno de Dinamarca.

Un campeón excluido

En el 2008 su equipo, el Astana, fue excluido del Tour por lucir el nombre del maillot que había ensuciado Alexander Vinokourov con un positivo en Francia. Aunque la estructura del Discovery Channel de Johan Bruyneel y Contador fue trasplantada a la formación kazaja, la organización de la ronda francesa echó mano una vez más de su caprichoso derecho de admisión. El español buscó consuelos de lujo con sus triunfos en el Giro y en la Vuelta a España. En el 2008 cayeron muchas victorias. En las primeras señalaba las letras del Astana impresas en su pecho ante las cámaras. Desarrolló una voracidad que llegó a exasperar a muchos componentes del pelotón, que comenzaron a verlo como un campeón caníbal, al estilo de Eddy Merckx.

La guerra fría

Mientras Contador fraguaba su triunfo en la ronda española y pensaba en un 2009 despejado para el Tour, Armstrong anunció su regreso al ciclismo profesional. Otra piedra en el camino del madrileño. Desde aquel momento comenzaron los cruces de declaraciones, la convivencia a distancia, la guerra fría. La primera concentración del Astana daba a entender que el americano era un astro con su avión particular y su habitación separada, sin la habitual pareja ciclista. La jerarquía en la carretera se ponía en cuestión. En los hoteles no quedaba lugar a dudas.

«Alberto es demasiado nervioso, muy impulsivo», sentenció Armstrong en cuanto tuvo oportunidad. Quizás confundía intencionadamente la virulencia de los ataques del español en la montaña con un déficit de frialdad, con un exceso de ímpetu.

Mientras, Contador mantenía la templanza para ir ganando metros en territorio comanche: la contrarreloj. Voló en la crono de la Vuelta al País Vasco y se impuso en el Campeonato de España. Fueron los aperitivos del gran reto, los 40 kilómetros que devoró en Annecy para derrotar a Armstrong en su propio terreno.

Pero la gloria del podio no ha evitado que, una vez más, Contador se encuentre en una encrucijada. Johan Bruyneel y Armstrong formarán un nuevo equipo con el americano como eje. El madrileño podría protagonizar una maniobra similar y convertirse en la pieza central de una nueva formación. Los rumores han señalado a Fernando Alonso como posible impulsor de un proyecto que contaría con el apoyo de uno de los patrocinadores del piloto asturiano. Otra opción sería el Caisse d'Epargne, huérfano después del veto italiano a Alejandro Valverde. «Habrá jaleo», reconoció Contador en la meta del Mont Ventoux. Porque hay pocas rectas en la senda de Contador.