Por este orden, éstos son los tres jugadores que el primer ministro italiano y propietario del Milán prefiere en su delantera para el derbi del fin de semana.
25 ago 2009 . Actualizado a las 14:03 h.Pato, Ronaldinho y Seedorf son, por este orden, de menor a mayor distancia de la portería rival, los tres jugadores que el primer ministro italiano y propietario del Milán, Silvio Berlusconi, quiere en su delantera para el derbi del próximo fin de semana ante el Inter.
Así lo hizo saber el político en unas declaraciones anoche a un programa de televisión, que recogen hoy los medios de comunicación deportivos del país y en las que Berlusconi, una vez más, muestra su confianza en el brasileño Ronaldinho y en su recuperación.
«Si yo tuviera que hacer la alineación, pondría a (el holandés Clarence) Seedorf de mediapunta, (al brasileño) Pato de primera punta y Ronaldinho de segunda», ha explicado el primer ministro. Leonardo «me ha escuchado ya. Hablamos de todo y comparte mi idea», ha apuntado.
Berlusconi cree que Ronaldinho tiene que jugar en esa posición porque necesita «sentirse querido y apoyado» y porque así será protagonista del campeonato de Liga, que arrancó el pasado fin de semana con una victoria del Milán ante el Siena (2-1).
«Es un jugador íntegro. Juegue donde juegue con sus invenciones vale el precio de la entrada. A pesar de sus 29 años, es un futbolista que no cambiaría por ningún otro que conozco», comentó el empresario.
«No estoy de acuerdo con quien lo ve en el centro del campo, donde se convierte en un jugador sustituible. Yo creo que tiene que estar en el centro de la acción, en el centro del área, como media punta o, incluso, de segunda punta», añadió.
Berlusconi confía en que el suyo puede ser superior a cualquier equipo en Italia esta temporada y define a Pato como un «absoluto fuera de serie, que en relación a su edad ofrece prestaciones extraordinarias».
«La Gazzetta dello Sport» se pregunta qué ocurre con el ex madridista holandés Klaas-Jan Huntelaar, que llegó al Milán hace unas tres semanas y que parece no entrar en los pensamientos del propietario del club.