Diego Perotti no podía creérselo cuando Iker Casillas repelió con su antebrazo izquierdo su disparo raso en boca de gol. El banquillo ya celebraba el 2-0 al Real Madrid, el centro de Negredo era claro, no había defensas que se opusieran a ello. Pero Casillas tuvo la última palabra. Era el minuto 47, y tres después el Madrid empataba. La imagen ha dado la vuelta al mundo.
Iker Casillas, en un alarde físico, técnico y de fe, revierte una acción claramente desfavorable para su equipo. Tras una recuperación de balón, Negredo avanza hasta el lateral del área y profundiza mientras el guardameta tapa el palo corto. Por ello, el delantero opta por el centro al área pequeña, donde espera Diego Perotti. Casillas sigue la trayectoria del esférico y corre en paralelo tras él para tapar un posible remate. Así es. Mientras los defensas permanecen a la espera, el portero internacional del Real Madrid acompaña la jugada y se lanza para cubrir al máximo su arco. Perotti se equivoca y lanza raso, de manera que Casillas logra evitar el gol.
El guardameta del Deportivo, Dani Aranzubia, lo recuerda así: «Todo el campo, el banquillo del Sevilla y todos los que estábamos viéndolo por la tele dábamos por hecho que era gol cuando la pelota llegó al delantero. Pero Iker se tira a bocajarro y consiguió llegar». «Es una parada extraordinaria en la que se combinan la rapidez, la potencia y la elasticidad. Otras intervenciones suyas, incluso en el mismo partido, son de reflejos, pero en esa hay tan poco tiempo para actuar que no los hay», añade.
Para el ex guardameta gallego del Real Madrid y del Deportivo Francisco Buyo, la parada es notable en su ejecución. «El pase atraviesa el área pequeña prácticamente de lado a lado. Casillas se encuentra en el primer palo, dispuesto a intervenir, pero después se ve obligado a correr hacia el segundo palo», relata el ex portero de Betanzos. «Intuitivamente, se lanza para ocupar la portería con la fortuna de que consigue despejar el balón», añade.
Buyo opina que se trata de un ejemplo de reflejos y potencia en una jugada que transcurre a gran velocidad. «De todos modos, si el delantero anda vivo y remata hacia arriba, hubiese sido gol», apunta el ex jugador brigantino. Francisco Buyo insiste en una de las claves del éxito en esta jugada, la velocidad de reacción del portero. «Otros no lo harían si no disponen de esa capacidad de respuesta, pero Iker Casillas llega a esa pelota gracias a su velocidad de reacción», explica.
El gallego explica que «en este tipo de situaciones, el talento es definitivo», aunque también cuenta que en un entrenamiento especializado estas acciones suelen prepararse. «A pesar de todo, se podría decir que un portero que midiese 1,90 metros de estatura no llegaría nunca a ese balón, por mucho que lo hubiese entrenado», matiza. «Casillas es un guardameta intuitivo y rápido, no hay duda», concluye.