El 2010 va camino de ser el año de Rooney. Con Sudáfrica en el horizonte, el pelirrojo está batiendo todos los registros y amenaza marcas casi olvidadas por los fanáticos hinchas británicos.
Fabio Capello, seleccionador inglés, incluyó el Manchester-Liverpool en el maratón de partidos que se mete cada fin de semana de Premier. Desde el palco de Old Trafford pudo ver como Gerrard es apenas la sombra del que fue o como la grave lesión de su gran candidato para el lateral derecho, Glen Johnson, le ha dejado como secuela un miedo terrible a meter la pierna en balones divididos. Mejores noticias dejaron Carrick (que marcó el ritmo del encuentro) o Ferdinand (que no se metió en ningún lío). Pero ninguno de ellos es tan importante para el técnico italiano como Rooney, ayer fiel una vez más a la habitual quedada con el gol, aunque fuera tras fallar un penalti.
El tanto elevó a 26 los conseguidos por el ariete esta temporada en la Premier, 33 entre todas las competiciones jugadas por el United. Con esas cifras contempla muy de cerca los fabulosos registros logrados por Cristiano Ronaldo hace dos campañas: 31 en Liga y once más en el resto de torneos.
El traspaso del portugués ha sentado bien a Rooney, obligado a dar un paso más en su liderazgo entre los de Ferguson y perfectamente asistido desde la derecha por Valencia, reemplazo de lujo de Cristiano.
El 10 de los diablos rojos dijo hace poco que no le preocupa batir la marca de su ex compañero, pero su voracidad goleadora podría llevarle más allá. En los siete partidos que restan de Premier aún puede alcanzar los 34 tantos logrados hace más de una década por Shearer (Blackburn) y Andy Cole (Newcastle); récord de la competición. La bota que Rooney calce en Sudáfrica bien podría ser de oro.