Uno de los tópicos de la fórmula 1 dice que Europa reparte de nuevo las cartas. Luego llega la competición y desmonta esas verdades. Porque Mark Webber conquistó en Montmeló la quinta pole consecutiva de Red Bull. Cinco de cinco. Repóker. Bloqueo a las aspiraciones de victoria de Fernando Alonso, cuarto, y del ascenso de Lewis Hamilton, tercero. Todos están a un abismo de la escudería austríaca, que deberá consolidar su dominio hoy sobre la pista ( 14.00 horas, La Sexta ).
Cuando la caravana regresa al Viejo Continente, se pone en marcha otra maquinaria. Las correcciones en los monoplazas, las soluciones aerodinámicas y los mágicos retoques en cada ángulo de los bólidos. Pero ayer, sobre la pista, Red Bull se mostró más intratable que nunca. Desde luego, no hay magia. «En la fórmula 1 no existen los milagros», señaló Alonso, voz autorizada con los pies en el suelo y la mente clara.
Red Bull empezó el curso pasado sin el célebre doble difusor y casi terminó ganando el Mundial gracias al ingenio de Adrian Newey, el mago de la escudería. Tampoco este año gasta conducto F ni nada que se le parezca y sus monoplazas vuelan cada sábado de entrenamientos oficiales.
Un plan a largo plazo
«En condiciones normales creo que Red Bull es el favorito», estimó Alonso. «Llegamos a la carrera con mucha confianza, sabiendo que podemos tener algunas oportunidades para estar en el podio. Tenemos que aprovecharlas», apuntó. El bicampeón tiene un plan a largo plazo. Actúa con la calculadora, sin la presión de las emociones. No quiere experimentar el elixir de la victoria parcial, no pretende ganar etapas sino la clasificación general de este particular tour . «Cuando los Red Bull estén por delante de mí en la clasificación del Mundial, empezaré a preocuparme. Ahora están detrás», indicó el piloto asturiano. «Montmeló, sin embargo, no es un circuito propicio a la carambola o la sorpresa, sino todo lo contrario. Es un trazado académico. Conseguir la pole es prácticamente una garantía de éxito para ganar el gran premio. Y Alonso estuvo muy lejos de la primera plaza, ya que tuvo que exprimir lo mejor de sí mismo y del Ferrari para ejecutar una vuelta casi perfecta que lo llevó a la cuarta plaza de la formación de salida.
Notable mejoría experimentó ayer Michael Schumacher. Con un Mercedes más largo y, según parece, más adaptado a su estilo de conducción, superó por primera vez a su compañero Rosberg, el que lo trituraba cada fin de semana. Pedro Martínez de la Rosa partirá desde la duodécima plaza gracias al rendimiento de su Sauber, que parece haber mejorado. De hecho, su compañero Kobayashi saldrá desde la décima posición.
Un tono más gris tuvo la intervención del catalán Jaime Alguersuari (Toro Rosso), que decepcionó con una decimosexta plaza en su gran premio.