Webber dominó la carrera y Alonso aprovechó los problemas de Vettel y el abandono de Hamilton para subir al podio
17 may 2010 . Actualizado a las 13:15 h.Avanzaba Fernando Alonso cuarto por la pista de Montmeló. Sin víctimas al alcance ni amenazas en los retrovisores. El podio parecía vendido en un trazado con poco margen para las revoluciones en carrera, que suele someterse a la dictadura de la parrilla. El australiano Mark Webber dominaba plácidamente a bordo de un RB6 intocable. Lewis Hamilton (McLaren) navegaba en la segunda posición. Y Sebastian Vettel (Red Bull) se agarraba cómodamente al tercer peldaño. Pero el circuito catalán tenía guardados más giros de los 66 previstos para la carrera. A Vettel le fallaron los frenos. Y a Hamilton le saltó la rueda delantera izquierda en la penúltima vuelta. Así le llegó a Alonso el segundo puesto en el Gran Premio de España. Y en el Mundial, que sigue liderado por Jenson Button. Un puesto caído del cielo. Por eso agitaba la botella de champán con la misma euforia que Webber.
Alonso recibió su recompensa por haberse mantenido al acecho dentro de sus posibilidades, a sabiendas de que el podio era una misión casi imposible. En la salida, Webber y Vettel mantuvieron sus posiciones a pesar de las maniobras de Hamilton y Alonso, que atacaron a los Red Bull cada uno por su flanco. Después de ese arranque, el guión parecía escrito con la marca de las trazadas de los RB6. Pero Hamilton aprovechó su oportunidad. Le ganó la partida a Vettel en los boxes. El alemán se eternizó en su parada, el inglés apuró sus opciones, entró más tarde y mantuvo un forcejeo con su rival en el que casi saltaron chispas. Ante la voracidad de Hamilton, Vettel cedió. El piloto de McLaren protagonizó la primera sorpresa del día al partir en dos el dominio bicéfalo de Red Bull.
La carrera se mantuvo en esa dinámica durante muchas vueltas. Hasta que llegó la traca final. El coche de Vettel comenzó a hacer movimientos extraños y se dirigió de nuevo a boxes. Cambió sus neumáticos. Pero el problema residía en los frenos. Alonso, de rebote, pisó el podio. Y con el abandono de Hamilton, Alonso subió un peldaño más. Si el británico hubiera visto la bandera a cuadros se habría colocado en la segunda posición del Mundial, a un solo punto de Button.
Precisamente Button, discreto ayer, contribuyó a que Michael Schumacher tuviera su particular momento de gloria. El káiser superó al campeón tras un pit stop con una maniobra criticada por el inglés. Acabó cuarto, su mejor puesto desde su regreso a la fórmula 1.
Buen papel de Alguersuari
Jaime Alguersuari sumó un punto después de tener problemas en el cambio de neumáticos y de ser penalizado con un drive-through . El catalán volvió a sembrar la pista con buenos detalles. Arrancó en la posición quince y, tras un slalom en la salida, se colocó noveno. Aprovechó la estela que dejada por Pedro de la Rosa (Sauber), que fue embestido en la tercera curva y tuvo que abandonar en la vuelta 18 después de sufrir un pinchazo y dañar el suelo de su monoplaza. Alguersuari exprimió esa mezcla necesaria entre fortuna y talento. «Fue un poco como un bingo», reconoció el propio piloto.
Alonso no visitaba el cajón de honor desde Bahréin, la primera prueba del campeonato, en la que logró el triunfo. Webber no celebraba una victoria desde Brasil, penúltima cita del pasado Mundial. Ambos sonreían. A Vettel le costaba un poco más.