El parón por la lluvia del jueves obliga al español a jugar dos partidos en dos días
29 may 2010 . Actualizado a las 02:30 h.Junto a la Copa Davis, los grand slam son los únicos reductos del clásico tenis al mejor de cinco sets. Por el bien del espectáculo y de las audiencias, se han ido acortando los partidos, pero no en los cuatro principales torneos del año. Por eso resulta importante para cualquier aspirante al título ir espaciando esfuerzos, disfrutar de un día de descanso entre cada encuentro. La organización de Roland Garros esperó al tercer día para fijar el debut de Rafa Nadal. Y ahora, el mallorquín se ve obligado a jugar dos encuentros en dos días. El parón por la lluvia del jueves aplazó el partido del mallorquín con el argentino Horacio Zeballos. Y el triunfo fácil del español por 6-2, 6-2 y 6-3 le permite llegar fresco, como si nada, al tercer partido de la semana, contra el australiano Lleyton Hewitt ( TVE, en el tercer turno de la pista Philippe Chatrier ).
Nadal ventiló con la autoridad que se le supone a Zeballos, elegido jugador revelación de la temporada pasada en la ATP, un jugador versátil, un argentino ofensivo. Quizá se despeñó por su insistencia en sacar a Nadal de ese fondo de la pista, donde es amo y señor, con demasiadas bolas cortas -porque a veces no esperó siquiera al momento propicio-.
Zurdo como Nadal, Zeballos privaba al español de la manida ventaja que se le supone por pegar sus golpes en las zonas contrarias de la pista al de sus rivales, como se encargó de recordar Roger Federer tras su derrota en el Madrid Open. Pero el español, como ya demostró muchas veces, apenas se descoloca por esa circunstancia. Jugó un buen primer set, bajó algo su rendimiento en el segundo contagiado por el tenis a veces caótico de Zeballos y evitó, a la primera, cualquier amago de reacción del argentino en el último.
Mandaba Nadal por 4-2, con un break a su favor, sin haber perdido nunca su servicio, cuando Zeballos se lo quebró por primera vez. El 4-3 abría una ligera opción de resistencia, que el español zanjó a la primera para cerrar el partido por 6-3. Después de hora y tres cuartos, iba ya camino de la ducha.
«Aquí puede que aún no lo haya demostrado del todo, pero este año estoy en mi mejor nivel, en el que tenía en mis años buenos, como el 2008. Lo he conseguido con trabajo, con esfuerzo, con entrenamientos», resumió Nadal. Hewitt también jugó ayer, pero un duro compromiso de cinco sets con el uzbeko Denis Istomin, al que terminó superando por 1-6, 6-3, 6-4, 2-6 y 6-2.
El ex número uno del mundo, ahora vigesimoctavo de la ATP, ya perdió dos veces con Nadal en Roland Garros. El año pasado solo le hizo cinco juegos. El español opinó ayer sobre la controversia alrededor de un posible cambio de escenario del torneo, donde tenga más espacio y puedan construirse varias pistas cubiertas. «Roland Garros tiene su historia, y su historia está aquí. Aquí se respira el tenis, y eso es lo que hace grandes a los torneos» indicó Nadal en declaraciones recogidas por Efe. Considera que si el gran torneo de tierra batida abandonase la Port D'Auteil «perdería la esencia que tiene». De todos modos, es partidario de que la organización cubra las pistas para evitar suspensiones por la lluvia.